"Me gusta superarme a mí mismo más que a los demás"
Rafael Nadal (Manacor, Mallorca; 1986) acaba de donar al museo de Wimbledon la ropa y las zapatillas con las que ha ganado su segundo título de Wimbledon, su octavo del Grand Slam del tenis. Después se toma una pizza de champiñones y atiende a EL PAÍS según va abriendo educadamente la puerta a todos durante su transitar por los alfombrados pasillos de las zonas nobles del club, llenos de reflejos dorados.
Pregunta. Después de que Manuel Santana ganara Wimbledon (1966) pasaron 40 años hasta que otro español jugó la final. Fue usted. ¿Por qué se enamoró de este torneo, tan poco querido por la mayoría de los tenistas españoles de anteriores generaciones?
Respuesta. Porque es muy distinto a los demás. Es especial por la tradición, por lo que representa y por el escenario, que es el más bonito del mundo. Creo que todo tenista tiene que tener ilusión para hacerlo bien aquí, pero, en el pasado, las generaciones anteriores vivieron que se creara una tendencia negativa, la idea de que no se podía jugar bien aquí. También dicen que el torneo era más rápido que ahora. Yo de eso no puedo hablar porque no lo he vivido. Sí que creo que era un tema mental más que otra cosa.
"Soy una persona bastante exigente. No me conformo con las victorias"
"Si tienes una ilusión puramente competitiva, te terminas cansando"
"Federer lleva muchísimos años ahí. A veces hay que tomarse un respiro"
"Parecía que no iba a ser el de antes y ahora parece que soy mejor que nunca"
P. ¿A qué se refiere?
R. Los españoles eran lo suficientemente buenos para haberlo hecho bien aquí si se lo hubieran planteado. No sé si para ganar, pero sí que estaban capacitados para hacer un buen resultado, como lo demuestra que, hoy en día, haya muchos capaces de hacerlo: Fernando Verdasco, Feliciano López, David Ferrer...
P. ¿Sería justo describirle como un inconformista?
R. Sí. Nunca me conformo. Soy una persona bastante exigente. No me conformo con las victorias, por supuesto que no, pero principalmente no me conformo con lo que sé. Siempre me ha gustado superarme a mí mismo más que superar a los demás. Intentar ser mejor de lo que era. Con esa ilusión me entreno y me levanto cada día, con la de intentar ser mejor de lo que era ayer y mejor de lo que soy hoy.
P. ¿En qué se diferencia eso de la ilusión por ganar?
R. Si tienes una ilusión puramente competitiva, la ilusión de querer ganar, creo que te terminas cansando. El día que me levante sin esa sensación de querer ser mejor se habrá acabado todo para mí.
P. Desde un punto de vista tenístico, ¿qué hace Roger Federer ahora menos bien que lo que hacía antes?
R. No creo que haga cosas menos bien que antes. Lo que creo es que uno pasa momentos mejores y peores en su carrera. Igual que yo el año pasado: ¿Qué hacía menos bien que ahora? Pues muchas cosas y muy pocas [se ríe]. Ese es el cambio: un poco, la confianza y el hecho de la saturación mental porque Federer lleva muchísimos años estando ahí. Yo no estoy dentro de él. Esto lo sabe él, pero, a lo mejor, cuando uno lleva muchísimos años ahí, llega un momento en el que tiene que tomarse un respiro. Creo que Federer volverá y lo hará para ganar un título del Grand Slam.
P. ¿Ha salvado a su deporte del aburrimiento? Sin usted, probablemente, Federer llevaría 24 grandes ganados.
R. Si no hubiera salido yo, habría salido otro. El tenis nunca es aburrido. Si Federer hubiera conseguido 24 títulos del Grand Slam sería porque se lo merecería. Realmente, a mí las cosas me han ido muy bien durante estos últimos ocho años. A Federer le ha ido increíble. A mí me ha ido bien que haya estado Federer. Y a Federer, creo, le ha venido bien que estuviera yo.
P. ¿Qué tiene que hacer para llegar bien al Abierto de Estados Unidos, el único torneo grande que le falta en su palmarés?
R. Lo primero, descansar bien ahora. Luego, tengo que hacer bien el tratamiento de las rodillas [ayer visitó en Vitoria al doctor Mikel Sánchez] y asegurarme, o al menos intentar asegurarme, de que van a estar bien. También voy a intentar hacer lo mismo que en diciembre: una minipretemporada para llegar bien preparado a Toronto y Cincinnati. En enero yo estaba jugando a mi mejor nivel. Pero no estaba ganando porque entonces me faltaba un poco de calma y de confianza.
P. "Yo no tengo el control de mis rodillas". ¿Cómo compite un tenista cuando se acuesta sin saber si al día siguiente le dolerán las articulaciones o sabiendo que nada más terminar ese torneo se tratará con un médico?
R. Yo no me acuesto pensando en nada o si lo hago es pensando en que no me dolerá. La rodilla izquierda me dolió en el segundo partido un poquito y la derecha en el tercero me dolió más. Por suerte, tenía aquí al doctor y al fisio, que me han ayudado mucho con fisioterapia y antiinflamatorios. La rodilla me ha respetado luego. He tenido suerte de que no me haya dolido más. Tuve partidos muy duros mentalmente.
P. Dice que no le motiva tanto ser número uno ahora como a final de año. ¿Cuál es la diferencia?
R. Que yo no le doy importancia al ranking de entradas. Yo siempre le he dado muchísima más importancia al race [la clasificación según los resultados del año natural] porque considero esto como una Liga. Es mi forma de entender este deporte. Es una Liga y, al final del año, veremos quién ha quedado primero.
P. Por ahora, golea.
R. Sí. Hace cuatro meses parecía que nunca volvería a ser el que era y ahora parece que soy mejor que nunca. Yo creo que es un término medio, que siempre hay que tener un término medio. Ni todo era tan malo antes ni todo es tan bueno ahora.
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