¿Y la final del Mundial?
En el menú de letras plateadas de la cena de campeones hay una nota a pie de página: "Por cortesía, a los ganadores no les pidan autógrafos ni fotos". Aun así, más de uno se los pediría a Serena Williams y Rafael Nadal, quien vio cómo Mr. Phillips, el presidente del club, le regalaba una corbata, el DVD documental de su victoria de 2008 (The greatest Match) y un piropo que no acabó, interrumpido por una ovación: "Jugar cuatro finales y ganar dos es un récord muy bueno cuando me cuentan que donde juegan bien los españoles es en tierra. Wimbledon aprecia el compromiso que has demostrado con la hierba pese a las dificultades y...". Y estallaron los aplausos. Luego, la gran pregunta: "¿Irá usted a la final del Mundial?". "Está muy lejos", contestó Nadal. "¡No viaja usted en turista!", le insistieron. "Primero, hay que ganar la semifinal", apuntó el español. "¡Son solo alemanes, será fácil!", ironizó el presentador. El público, de rigurosa etiqueta como exigía la invitación, estalló en aplausos. Por si alguien lo había olvidado, Inglaterra cayó ante Alemania.
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