_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Los miedos de Arenas

Arenas estaba algo agresivo, escribió Maruja Torres. No era para menos. Hacía menos de una hora, había cantado el triunfo del Partido Popular. Los sondeos le habían jugado una mala pasada: vaticinaron una alegre victoria que se concretó en una amarga derrota.

La noche del 6 de junio de 1993 ha pasado a la historia por el tremendo error cometido por el entonces vicesecretario general del PP y responsable del área electoral, Javier Arenas. Media hora después del cierre de las urnas, reclamaba la victoria de su partido en las elecciones generales. Basó su apreciación en los sondeos de los medios de comunicación y en los del propio partido.

Lo sucedido aquella noche tiene algunos puntos en común con la situación actual.

El 24 de febrero último, Arenas revelaba en la SER que soñaba "muchas noches con ser presidente" de la Junta. Tres veces intentó hacer realidad ese sueño. Los tres, fallidos. Manuel Chaves se lo impidió.

Ahora, los sondeos de varios medios de comunicación y los de su partido le dan la victoria. Como en 1993 se la daban a su jefe Aznar. Pero ¿y si los sondeos fallan otra vez?

Es indudable que las encuestas favorecen al PP. La crisis económica es campo abonado para que germine el voto popular. Súmenle 28 años de mandatos socialistas ininterrumpidos. La posibilidad de una alternancia es cada vez más real. Por ello, solo desde el miedo, los miedos de Javier Arenas, se pueden explicar algunos de los errores que, como en 1993, está cometiendo el dirigente popular. El último, plantear un gobierno de coalición con los socialistas. Dejemos a un lado si dijo que esa oferta la haría el PP "a corto plazo", que lo dijo. La primera edición de Abc así lo atestigua. Lo interesante es saber por qué Arenas plantea esa coalición.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Dice el popular que algunos problemas son tan graves que no los puede resolver un solo partido. Esos problemas, según Arenas, son la crisis, el terrorismo, la inmigración y las autonomías. Curioso. Primero, porque los tres últimos o están ya pactados (terrorismo) o no reclaman una urgente atención.

Queda la crisis, pero, como vemos todos los días, el PP no solo no pacta, sino que entorpece y rechaza acuerdo alguno. O sea, ese argumento es falso. Arenas no propone un gobierno de coalición para resolver conjuntamente con los socialistas los graves problemas de España. Entonces, para qué. ¿Solo porque es un charlatán de feria, como afirma Gaspar Zarrías? ¿O será más bien por los miedos del propio Arenas, el miedo de verse otra vez rozando el triunfo sin llegar a alcanzarlo?

Un miedo que le induce a proponer cosas tan absurdas como "que gobierne el partido más votado", cuando es consciente de que constitucionalmente (Art. 99 CE) en España gobierna quien obtiene mayoría en el Parlamento. Arenas desprecia el juego democrático cuando afirma: "Quiero una Ley Electoral sencilla, de artículo único, que diga que el que gana gobierna y que el que pierde se va a la oposición". Es decir, una ley a mi medida, que me favorezca.

Curioso por contradictorio: reclama un gobierno de coalición antinatura entre socialistas y populares, pero clama al cielo cuando algún ejecutivo se forma con varios partidos de izquierda, como es el caso del Ayuntamiento de Sevilla. Y olvida el pacto que él mantuvo con IU en el Parlamento andaluz en la legislatura de la pinza (1994-96).

Por todo ello, Arenas está dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de ganar. Incluido un descarado llamamiento al votante socialista para que vote ahora al PP.

Sí, cualquier cosa para espantar sus miedos. Entre ellos, el miedo a su propia biografía de perdedor. Solo así se explica que en el perfil biográfico que ofrece la página web de su partido, se siga ocultando el relevante dato de que participó, y perdió, tres veces ya, la carrera a la presidencia de la Junta.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_