Dos hermanos se entregan por el 'caso Rosenberg' en Guatemala
El rocambolesco asesinato del abogado guatemalteco Rodrigo Rosenberg, que anticipó en un vídeo su muerte y culpó de ella al círculo presidencial, parece haber entrado en el último acto: los dos supuestos autores intelectuales se entregaron el lunes, justo cuando arrancó el juicio contra los autores materiales del crimen, ocurrido el 10 de mayo de 2009. Los hermanos Francisco y José Valdés Paiz, empresarios farmacéuticos y amigos de Rosenberg, se presentaron ante la juez del caso y fueron recluidos en un cuartel, en lo que se considera un pacto para evitar las peligrosas cárceles guatemaltecas.
Lo de "autores intelectuales" es, en realidad, un decir. Según la Fiscalía, apoyada en la investigación de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), fue el propio Rosenberg quien, afligido "por una situación anímica muy particular", planeó su muerte, de la que acusó en un vídeo al presidente del país, Álvaro Colom. En la cinta, divulgada al día siguiente de que fuera tiroteado, el prestigioso abogado vinculaba su asesinato con el de dos de sus clientes, los empresarios Khalil y Marjorie Mussa, liquidados un mes antes, dijo Rosenberg, por haber descubierto una trama de corrupción. Este caso no ha sido aún esclarecido. El vídeo provocó un escándalo sin precedentes y puso contra las cuerdas al Gobierno de Colom.
Según la acusación, los hermanos Valdés ayudaron a Rosenberg a llevar a cabo el plan (sin conocer los detalles) y contrataron a una banda de sicarios, que pagaron con dinero facilitado por el propio abogado. La hipótesis oficial choca con el escepticismo de buena parte de la opinión pública, que no acaba de dar crédito a la inmolación de Rosenberg.
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