Ofensiva para 'retener' CajaGranada

El mes de julio va a ser trascendental para el sistema financiero andaluz y el retomado proyecto del Gobierno de José Antonio Griñán de crear una gran caja de ahorros andaluza. Griñán inicia hoy los contactos con los máximos responsables de los partidos para cuajar un acuerdo político en la comunidad y fijar el cómo y el cuándo de esta operación.

Aunque el líder socialista aseguró que la base para la gran caja debe partir del "entendimiento" de Unicaja y Cajasol, hay una fecha en el calendario que trastoca estos planes: CajaGranada ha convocado el 6 de julio una reunión del consejo de administración para aprobar el contrato de integración en un sistema de Protección Institucional (SIP) o fusión fría con otras tres entidades foráneas, Caja Murcia, Caixa Penedès y Sa Nostra. Y antes de que el órgano de gobierno de la entidad dé ese paso -aún reversible, pero cada vez menos- se la quiere convencer de que participe en una fusión fría con la malagueña Unicaja y la sevillana Cajasol. La fusión real es la que prefiere el Gobierno andaluz, pero esta pretensión choca con el deseo de las propias entidades, por cuestiones de identidad institucional, y también con el Partido Popular, proclive a esta fórmula de colaboración que, al final de su recorrido, debe desembocar en una unión directa.

La unión en torno al BEF no necesitaría ayudas públicas del FROB

Fuentes políticas y financieras aseguran que la oferta que se le va a plantear a la caja granadina tras la ronda de contactos de Griñán es "mejorar" la oferta de integración que tiene ahora encima de la mesa. Según estos medios, "la participación y el protagonismo de CajaGranada en ningún caso será menos" de lo que tiene ahora con la SIP liderada por Caja Murcia, contemplado en el protocolo de fusión. Según este, la sociedad central, que se constituirá como un banco, estará en Madrid, y será participada en un 39% por Caja Murcia; en un 27% por Caixa Penedès; en un 19,5% por CajaGranada y en un 14,5% por Sa Nostra.

Otro de los compromisos es que "no se va a exigir" mayor ahorro de costes de lo acordado en el SIP foráneo, que ha pedido 915 millones de euros de ayudas públicas al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), de los que entre 175 y 200 millones corresponderán a CajaGranada precisamente para reducir oficinas y hacer ajustes laborales mediante jubilaciones anticipadas e incentivadas, según dijo recientemente su presidente, Antonio Jara.

Con este compromiso, se pretende desbaratar las advertencias de los sindicatos, básicamente de la sección sindical de UGT en la caja granadina, de que hay mayor solapamiento de oficinas con Unicaja y Cajasol, en concreto 336 oficinas, que con el SIP previsto (19). "Ese argumento no se tiene en pie, si hay tres oficinas que ganan dinero en la misma calle no hay que tocarlas, hay que cerrar las que pierden. El ahorro de costes se produce en los servicios centrales", aseguran estas fuentes.

En cuanto al siempre espinoso asunto de las sedes, la propuesta que se intenta fraguar es designar tres sedes operativas en Granada, Málaga y Sevilla. La sede social de la entidad quedaría como "un asunto abierto a negociación, pero estaría en Andalucía no en Madrid". Todos los intentos de fusión en Andalucía con estas tres cajas en juego siempre han saltado por los aires por los localismos, de ahí que en el caso de Granada sea clave el acuerdo entre PSOE y PP provinciales, porque ninguno de ellos quiere ir sin el otro en este proceso y quedarse descolgados. El puro electoralismo manda. Lo que está por ver es el peso de las direcciones andaluzas de estos partidos en sus órganos granadinos.

El proyecto de SIP andaluza se articularía a través del Banco Europeo de Finanzas (BEF), una entidad creada en 2007 con participación de todas las cajas andaluzas con el propósito de acceder a proyectos de mayor dimensión con interés para Andalucía. No necesitaría ayudas públicas. Según estas fuentes el porcentaje de participación en el BEF habría que modificarlo y ahí algunos aventuran problemas entre Unicaja y Cajasol. En todas las SIP firmadas en España, la participación se ha establecido en función de la ponderación de los datos de dimensión, solvencia y rentabilidad de cada caja.

Pese al deseo de Griñán de que Cajasol y Unicaja concurran juntas en la puja por Cajasur (el plazo para presentar ofertas acaba el 8 de julio), fuentes del sector aseguran que aún no se ha tomado una decisión.