Los objetos llegan a la impresora

Altavoces construidos según los algoritmos de partituras musicales; zapatos fabricados alrededor del pie gracias al escaneado previo del mismo; objetos creados según la estructura celular y materiales inspirados en la formación de los huesos humanos. Son algunos de los hitos de las nuevas tecnologías de fabricación digital tridimensional, que se exhiben en Disseny Hub Barcelona (DHUB), dentro del FULL PRINT3D. "Las impresoras tridimensionales permiten crear objetos añadiendo capas de materiales, sin necesidad de moldes. Eso significa que incluso la producción seriada puede ser personalizada manteniendo costes asequibles", explica Marta Malé Alemany, comisaria de la exposición.

Aunque las impresoras 3D se utilizan desde hace años en la industria aeroespacial y automovilística, su introducción en el ámbito de la construcción arquitectónica y de productos cotidianos, resulta absolutamente innovadora. Las hay para diversos materiales; algunas emplean resinas fotosensibles que, una vez endurecidas, se cortan con láser; unas aglutinan polvos, cerámica y piedra y otras, en cambio, funcionan a partir de la fusión de plásticos. Incluso para imprimir comida, como la Cornucopia, prototipo de gastronomía digital, fabricada en el MIT (Massachusetts Institute of Technology). "En Brasil han creado una máquina que imprime los fetos a partir de ecografías y ultrasonidos y varios laboratorios están experimentando con técnicas de bio-printing, es decir impresión de órganos depositando sucesivas capas de células", indica Male-Alemany y añade que tales órganos serán una realidad en 2020.

La propuesta del DHUB se completa con la exposición temporal (FAB) BOTS, hasta el 12 de septiembre, que reúne 10 máquinas de fabricación personalizada, como la DreamWeaver, una tricotosa hackeada para crear arquitecturas inspiradas en las medias de lana; los Mimicry unos robots, que basan sus técnicas constructivas en el comportamiento de las termitas y la NGPS, un prototipo que aplica al yeso el proceso de esferificación inventado por Ferran Adrià durante sus investigaciones de gastronomía molecular.

Para que el público pueda experimentar algunos de estos procedimientos constructivos, junto a la muestra se ha instalado un anexo del Fab-Lab del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC), que trabaja permanentemente conectado en Red y a través de teleconferencia con el MIT.