La inspección laboral culpa a Repsol por la muerte de un obrero en un accidente
A la refinería coruñesa de Repsol se le acusa de cometer una infracción grave, según concluye en su informe Inspección de Trabajo de A Coruña, y ser responsable del accidente del pasado 15 de abril en el que resultaron heridos de extrema gravedad dos trabajadores, uno de los cuales falleció en el hospital al cabo de dos semanas. El comité de empresa, tras difundir las conclusiones de Trabajo, reclamó el cese de la dirección de la factoría y confirmó su intención de llevar este caso a los tribunales para que se depuren las responsabilidades penales.
La Inspección de Trabajo, tras una larga investigación, "responsabiliza de la infracción a Repsol" por ser esta empresa "la que establece el procedimiento de trabajo y las condiciones en que se ha de realizar el mismo". "La infracción se aprecia en su grado máximo", destaca el departamento del ministerio al citar hasta cuatro artículos de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales que la empresa petrolífera incumplió. El grave accidente ocurrió en una de las plantes de coque de la refinería, cuando una deflagración sin llamas provocó quemaduras en el 90 y 70% del cuerpo a dos operarios.
Los dos trabajadores accidentados pertenecían a una empresa subcontratada que estaban realizando labores de mantenimiento en la refinería coruñesa.
Los inspectores de Trabajo aceptan la versión de la compañía, según la cual causó el accidente una deflagración derivada "de fuente de ignición producida por los trabajos de reparación y por algún fallo de algunas medidas preventivas". Pero advierten que "el procedimiento de trabajo no era correcto" y que Repsol, como titular de la planta, no cumple con la ley en relación a las medidas de protección de la salud y la seguridad de los trabajadores expuestos a riesgos derivados de atmósferas explosivas. De hecho, Inspección incluye en su informe toda una serie de medidas que "se aconseja a la empresa" adoptar, como mejorar la protección y prevención de riesgos dentro de la planta de coque y aumentar "los medios de protección" de los operarios que trabajen en la boca de la cámara.
La propia refinería, en las conclusiones de su investigación interna, había achacado este accidente a fallos técnicos y a una cadenas de circunstancias. La compañía reconoció que fallaron, sin que sepa las razones, las medidas preventivas de aislamiento al no funcionar las mantas que se colocaron para impedir cualquier acción o efecto que pueda provocar "una fuente de ignición". Inspección de Trabajo también hace hincapié en ese material y su mal uso: las mantas ignífugas que se utilizan para intentar evitar la entrada de chispas en la cámara "se pueden considerar una medida preventiva complementaria, pero no suficiente, como la experiencia del accidente ha demostrado", concluyen los inspectores.
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