Un comprador de problemas ajenos

Ángel de Cabo lleva 15 años dedicado a la compra de empresas en situación de riesgo, al límite, y asegura que lleva más de 200 operaciones a la espalda. Es un especialista en lo que la jerga financiera llama distressed assets. Son inversores que se hacen con un negocio en apuros y lo reforman de arriba abajo, se deshace de negocios, recorta plantilla y vende activos. Si el proyecto sale bien y logra sanear el negocio, vende la empresa resultante.

De Cobo, procedente de la Comunidad Valenciana y con muchos negocios en la zona, figura como administrador de una ristra de sociedades, como Belqueba, Promabe, Backing Stones o Decabosa, entre muchas otras, buena parte de ellas inmobiliarias.

El bufete valenciano de abogados Aszenda, del que es apoderado, es el que habitualmente elabora todos lo planes de viabilidad, despidos y reestructuraciones de los negocios. También en este caso diseña el plan para Marsans y ha gestionado la solicitud del concurso de acreedores. Para vehicular la operación, De Cabo ha utilizado la sociedad Posibilitum Business, creada en 2009 pero adquirida por el empresario el pasado junio, con un millón de euros de capital.

De Cobo también compró el año pasado Teconsa, una constructora investigada en el marco del caso Gürtel. Un informe de la Agencia Tributaria relacionado con la investigación del caso reveló que la constructora de origen leonés, que pagó supuestamente una comisión de 72.000 euros por la adjudicación de un contrato, manejó de manera sospechosa entre 2004 y 2007 casi siete millones de euros en billetes de 500 euros.

Iván Losada, el abogado del equipo de De Cabo, lleva meses tratando con Díaz Ferrán y con Pascual y conociendo las tripas de la compañía. Ahora ha asumido la dirección general con el fin de pilotar la reestructuración. El comunicado de la compañía señalaba que Posibilitum "lanzará un programa de redimensionamiento de la sociedad, incidiendo en la optimización de los costes y recursos, renegociación de la deuda y recuperación de la actividad comercial, ajustándola a la demanda y mercado". La traducción libre de esto pasa un duro tijeretazo. Ayer, el responsable del sector de transporte de UGT, Miguel Ángel Cillero, mostró su desacuerdo con las consecuencias de la operación para la plantilla.