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Columna
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Se mueven

"Si el canal que siguen usando es el anterior, díganles que es como utilizar un teléfono roto", le advirtió el lehendakari a Andoni Ortuzar en el curso de una interpelación de éste sobre las relaciones con las colectividades vascas en el exterior. El canal anterior era Sabin Etxea, o Zentral Batzokija (perdonen este popurrí de euskera, vizcaíno, inglés y castellano, pero es a lo que vamos), y tenía razón el lehendakari al reafirmar el valor de la institución que preside - la nuestra, la de todos- para ese y otros menesteres. Desde Sabin Etxea a Ajuria Enea podría ser el título de una canción, más con euros que con sardinas, canción a cuya música le están poniendo letra los nacionalistas poco a poco, y con harto dolor, porque la realidad aprieta. Fíjense si aprieta que, además de desconectar el teléfono, se han tenido que mover, también desde Sabin Etxea, ni más ni menos que a la sede del PP, donde no habían estado nunca, asómbrense, nunca en estos últimos treinta años, ni aun por la generosidad que mueve a las almas caritativas a visitar un lazareto.

Que el PP y el PNV normalicen sus relaciones y lo hagan en la casa del pobre es una buena noticia. Nos hemos hartado estos últimos meses de oír la cantinela de que el Gobierno de Patxi López era un gobierno espurio, o contra natura, porque estaba poco menos que contaminado por el apoyo del PP, y he aquí el movimiento que viene a negar la mayor. Hasta pueden llegar a pactar, dicen ahora, para desalojar a Elorza de la alcaldía de San Sebastián. Pero no adelantemos acontecimientos y ciñámonos al presente. Y el presente nos revela lo buen estratega que es Antonio Basagoiti. Por lo que ha trascendido de su reunión con Iñigo Urkullu, ha sido éste el que ha desempeñado el papel del débil en este encuentro entre dos perspectivas cuya coincidencia coyuntural es más que frágil.

Es curioso que el consejo de Basagoiti a Urkullu sólo le sirva para Euskadi y no también para España: cuando cae la que está cayendo, nuestra obligación es dialogar y buscar puntos de encuentro entre partidos. Colaboración con Patxi López en Euskadi y hostigamiento a Zapatero en España, hasta el punto de haberle reprochado a Urkullu su apoyo presupuestario a aquél. La consolidación de Patxi López es buena para Basagoiti, siendo otro de sus objetivos prioritarios que el PP se haga con el Gobierno de España. Al PNV, por el contrario, lo que le interesa es el Gobierno vasco y debilitar, incluso ningunear, a Patxi López para alcanzarlo. También con ese fin, aunque no sólo, le conviene ser un interlocutor influyente y necesario del Gobierno español y la actual debilidad de éste le ofrece una oportunidad inmejorable para ello. ¿Mantendría esa oportunidad de excepción si unas elecciones anticipadas le otorgaran al PP la mayoría absoluta? Sí con un horizonte de gobierno PNV-PP en Euskadi. ¿Imposible? En Euskadi ya nada va a ser imposible, aunque nos pueda parecer difícil.

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