El Madrid se agarra a Llull

"¡Llull, Llull, Llull!". El público de Vistalegre, impaciente, ve como el Caja Laboral le da la vuelta al marcador del tercer partido de semifinales a falta de cuatro minutos con un parcial 0-10, eliminando virtualmente al Real Madrid. "¡Llull, Llull!", prosiguen los cánticos, que esperan una reacción liderada por el base-escolta menorquín, nuevo ídolo de la afición blanca. Y Llull responde. Con empate a 63, dos triples suyos consecutivos finiquitan las opciones del Baskonia. Nueva gesta, nuevo triunfo.

Esta noche prosigue la batalla en el feudo madridista por un puesto en la final (20.30, Autonómicas), sin Garbajosa, lesionado en el pie izquierdo. Los visitantes tratarán de conseguir su pase, a tan solo una victoria; mientras, el Madrid busca igualar la serie (2-1). Desde la temporada 1986-87, solo un equipo consiguió remontar un 2-0 adverso en los playoffs de la ACB, el Unicaja contra el Etosa Alicante en 2005. Los blancos quieren ahora igualar semejante machada en el territorio en el que mejor se desenvuelve Llull: el de las gestas.

"No recuerdo un jugador como él en el Madrid, con esa potencia. Quizá Ismael Santos, que era más defensivo. La diferencia es el recorrido de Llull de aro a aro". José Miguel Antúnez, histórico base madridista, con el que consiguió la última Euroliga, en 1995, explica el impacto de Llull.

La llegada de Ettore Messina al banquillo el pasado verano trajo consigo una revolución en el vestuario. Once fichajes vinieron avalados por el técnico italiano, incluido el denostado Kaukenas. Solo cuatro jugadores resistieron al ciclón Messina: Reyes, Van der Spiegel, Bullock... y Llull, ahora clave del equipo. "Encarna los valores que siempre tuvo el Madrid, como la agresividad. Es un jugador que tira hacia adelante sin miedo a la derrota", afirma Antúnez.

Más allá de la estadística (promedia 12 puntos y reparte 2 asistencias en 27 minutos durante los playoffs, en los que se perdió el primer partido ante el Caja Laboral por lesión), Llull es esencial en una serie tan apretada. Sus arreones y su defensa son claves para contrarrestar el poderío del Caja Laboral, un equipo compacto, sin apenas fisuras, comandado por Splitter, verdadera pesadilla madridista, seguido por la dupla Huertas-San Emeterio junto a las puntuales apariciones de Teletovic. Mucho poderío. "Pero cuanta más presión tiene Llull, más a gusto se encuentra", dice Antúnez.

Los antecedentes en semifinales son 2-1 para los madrileños. Messina, tras los millonarios fichajes, se encomienda de manera imprevista a la garra y talento de un chico, Llull, que conquista Vistalegre a golpe de canastas imposibles.