Navas suelta su bomba
Un gol del extremo sevillano, el mejor del partido, rinde la fortaleza coreana
España salió de maniobras frente a Corea del Sur. Hizo participar a sus porteros suplentes, probó a sus extremos, recuperó a Cesc y experimentó la clase de partido que puede encontrarse en el Mundial, donde se espera que los rivales se cierren, caven trincheras y cedan la iniciativa. Eso sucedió ayer con los coreanos, que aguantaron una hora sin recibir un tiro entre los tres palos. Aguantaron hasta que apareció Navas tirando la diagonal. Tras recibir el balón en la frontal del área, armó el tiro con soltura y embocó el disparo desde 25 metros. Directo a la escuadra. El extremo sevillano, el mejor jugador español de la tarde y por primera vez titular con La Roja, celebró el bombazo con su padrino Sergio Ramos, que lo alzó en brazos como si fuera su hijo.
ESPAÑA 1 - COREA DEL SUR 0
España: Reina (Valdés, m. 46); Ramos, Albiol, Marchena, Capdevila; Martínez (Silva, m. 80); Navas, Fábregas (Xavi, m. 58), Iniesta (Xabi Alonso, m. 58), Mata (Pedro, m. 58); y Llorente (Villa, m. 58). No utilizados: Casillas; Piqué, Arbeloa, Puyol, Busquets y Torres.
Corea del Sur: Woon-jae (Ryong-jung, m. 46); Beom Seok (Doo-ri, m. 81), Yong-hyung, Jung-soo, Young-pyo; Sung-yueng, Jung-woo, Jae-sung (Nam-il, m. 46), Chung-Yong; Chu-young Park y Ki-hun (Jung-hwan, m. 46). No utilizados: Young-kwang; Hyung-il, Tae-hwee, Dong-jin, Ja-cheol, Hyung Min, Ji-sung Park, Bo-kyung, Don-gook, Seung-yeoul y Keun-ho.
Gol: 1-0. M. 87. Navas, por la escuadra de potente disparo desde fuera del área.
Árbitro: Schorgenhofer (Austria). Sin amonestados.
17.000 espectadores en el Tívoli Neu de Innsbruck.
Tras la intervención de Reina a lo Barrufet, Valdés debutó con La Roja tras el descanso
La primera hora de España no permitió extraer demasiadas conclusiones. En cualquier caso, el planteamiento de los coreanos parece confirmar lo que ya se maliciaban los jugadores de la selección: que los partidos del Mundial tendrán un guión muy parecido. Es como si el éxito del Inter en la Liga de Campeones hubiese extendido una sombra de influencia inevitable sobre el fútbol de selecciones. Cunde el modelo de Mourinho. Parece el más sencillo de aplicar. Es el camino corto. Es el que exige menos trabajo con balón y ha quedado patentado como el contraveneno universal frente al estilo del Barça y el de España. En general, es la táctica que eligió Corea, que se cerró atrás con dos líneas bien pobladas de gente atenta a marcar, a cubrir espacios, a proteger a su portero, y a buscar el error con ataques rápidos y sorprendentes.
El partido fue un tostón en el que empezó destacándose Javi Martínez. El medio centro se colocó por delante de los centrales con el deber de cubrir el amplio espacio que se abrió entre los centrales y los interiores, que ayer fueron Iniesta y Cesc. Al seleccionador, Vicente del Bosque, le pareció oportuno dar minutos de juego a sus dos armadores en proceso de recuperación. Iniesta, que contra Arabia Saudí jugó de extremo izquierdo, ayer se retrasó al carril del diez y dosificó sus intervenciones. Cesc, que reapareció dos meses después de romperse el peroné, se ubicó en el carril del ocho y obró con oficio y precaución. A los dos jugadores se les notó tan pendientes del partido como de cuidar su salud con la mente puesta en Sudáfrica. Los cubrió el equipo y lo compensó el despliegue de Javi Martínez, puntual en cada balón dividido, permanentemente dispuesto a echar una mano.
Los coreanos se replegaron y en cada salida pusieron a prueba la concentración de la defensa española. Cedieron medio campo y dejaron que España tuviera el balón. Cuando robaron, buscaron rápidamente a sus dos puntas con balones largos a la espalda de Marchena y Albiol. Por ahí entraron como balas Lee-chung y Park-chu, que rompieron dos veces el fuera de juego entrando directamente o tirando paredes con el interior Kim-jae. Los coreanos exploraron la vía de la segunda jugada, del rechace, del saque de portería como arma táctica, entre otros recursos de segundo orden. Los centrales españoles no siempre desbarataron estas acciones con entereza. Cuando terminaba el primer tiempo Lee-chung se quedó solo ante Reina, controló el pelotazo, y cuando se disponía a fusilar el portero se le anticipó saliéndole a lo Barrufet. El rechace le cayó a Park-chu, cuyo remate fue a dar al guante izquierdo de Reina. El segundo portero de la selección se agrandó antes de irse al vestuario con la sensación del deber cumplido. Había impedido el 1-0 en la ocasión más clara del partido. Si Casillas tiene suerte, Reina no volverá a actuar en lo que queda de Copa del Mundo.
Después del descanso Del Bosque dio entrada a Valdés, que debutaba, Xavi, Alonso, Pedro y Villa. Con estos elementos el partido ganó ritmo. El juego, que había sido un tanto reiterativo, librado a los uno contra uno en las bandas, con Navas monopolizando las penetraciones y los centros, se volvió más asociativo. Así, tocando rápido, llegó mejor España. Así se desorganizó más Corea. Y así llegó el gol. Lo más hermoso de una tarde gris.
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