Larga vida a los extremos
De camino a Sudáfrica, la selección va dejando un gol de diferencia de por medio en cada amistoso, la ventaja suficiente para mantener el rango de aspirante al título que no hace concesiones y también para mantener la tensión en un plantel tan numeroso como variado. Partidos como el de ayer contra Corea del Sur sirven para rodar, para probar, para confirmar y también para solucionar asuntos pendientes con una cierta naturalidad.
Ahí está, por ejemplo, el debut de Valdés como internacional después de un largo contencioso sobre la conveniencia o no de su convocatoria. Al igual que Casillas contra Arabia Saudí, el portero azulgrana falló en una salida a un centro lateral, o al menos el rival se anticipó a su rechace de puños, error que ayudará a la estabilidad del portero del Madrid. Valdés no está en el Mundial para poner nervioso a Casillas sino para fomentar la competencia.
A Javi Martínez también le conviene sentirse protagonista, como ocurrió ayer, cuando el seleccionador le puso al frente de la sala de máquinas. Y futbolistas como Iniesta y Cesc, largo tiempo lesionados, precisan de minutos para recuperar su mejor forma. Ahora se trata de llenar el depósito, cumplimentar una buena carga de trabajo, más que de golear a contrarios de menor rango que buscan precisamente un resultado importante para ganarse el crédito ante sus propios aficionados.
Las alineaciones condicionan extremadamente el fútbol en los amistosos. La presencia de Llorente como ariete, por ejemplo, favoreció el fútbol directo, de la misma manera que el equipo cambió su juego en cuanto el ariete del Athletic fue sustituido por Villa, un delantero más dinámico, un punta que ataca más el espacio que la pelota. Queda por ver cómo está Fernando Torres, el 9 por definición en la selección, punto y final de las jugadas que llevan a las victorias más importantes.
Así que encuentros como el de ayer pasan a la historia sobre todo por los detalles. Uno de los más significativos fue el gol de Navas. Al jugador andaluz se le tiene por un extremo ambicioso, desequilibrante en el mano a mano, muy bueno a la hora de poner centros y con una buena relación con el gol. Marcó también Navas contra Corea. La noticia fue que su gol llegó con un tiro de media distancia, un remate que se coló por la escuadra izquierda del portero, toda una novedad en un equipo al que normalmente le gusta definir dentro de las áreas.
Navas puede ser capital para una selección tan académica como la española porque, sin romper el estilo de la selección, es capaz de sorprender con el juego que solo se supone a los futbolistas que actúan por las bandas. El regate siempre ha sido una suerte muy escasa, y Navas aspira a superar la mejor versión de Joaquín, que se ha quedado a mitad de camino. Los extremos despiertan muchas expectativas al tiempo que generan las críticas más ácidas en el fútbol. No admiten término medio. España tiene a Silva, a Mata, a Pedro y a Navas, muchas opciones, las jugadas más sorprendentes, los desenlaces inesperados, goles como el de ayer ante Corea del Sur.
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