España abre las alas

Las nubes bajas han encallado en las montañas de Montafon. Llueve desde hace días. Al abrigo del agua, Pedro Rodríguez deambula por las salas del hotel de España con sigilo, indiferente al órgano y al spiritual que suena en el altavoz. Se desliza sobre el parqué con el tacto silencioso y salvaje de un gato en el salón de su casa. Hace tres días debutó con la selección . Sonríe y se acomoda sobre un cojín. "Lo difícil fue subir al primer equipo del Barça", dice. "Aquí me lo tomo con calma. Intento aprender todo lo que pueda porque jugar un Mundial es una experiencia que puede ser irrepetible".

"Del Bosque me está probando mucho en banda izquierda", dice. "La verdad es que me encuentro cómodo. Me pide que haga más o menos lo que estoy acostumbrado a hacer en el Barça: dar profundidad por fuera, encarar al lateral cuando tenga ocasión y cuando no intentar jugar el balón y no perderlo. En el Barça y en la selección tienes que recibir abierto, o intentar picar entre el lateral y el central para recibir el balón al espacio y centrar. Esa es la base".

"Para contrarrestarnos, muchas selecciones jugarán como hizo el Inter", avisa Pedro

Cuando llegó al cargo, Del Bosque se propuso buscar extremos que le dieran otra dimensión al equipo . Los fue descubriendo poco a poco. Pedro y Navas son los últimos en incorporarse. "Sabíamos cuáles eran nuestras señas de identidad, lo que nos llevó a ser campeones de Europa y por qué fuimos los mejores", recuerda Del Bosque. "Y eso no lo queremos borrar de un plumazo. Los extremos son alternativas para afrontar las distintas situaciones de un partido. Incluso como inicio. No hay un modelo único, un dibujo único, un fútbol único. Hay jugadores con distintas características que nos pueden ayudar a mantener la eficacia. Tenemos a Mata y a Pedro, a Navas y a Silva... Gente capaz de abrir el campo".

Si Pedro es una presencia tranquila, Jesús Navas es casi imperceptible. Se sabe que está ahí solo porque algo verde brilla en un rincón. Son los ojos de zorro que no se pierden detalle. Navas mira mucho y habla poco. "Es una maravilla poder estar aquí disfrutando de este grupo", dijo ayer, con voz atiplada. "Estoy disfrutando como nunca. Me he acoplado desde el principio. La línea es la misma que en el Sevilla. Que abra el campo y que cree peligro por dentro y en banda".

La vida del extremo es dura. "Es complicado porque tenemos que cambiar mucho de fase defensiva a ofensiva y viceversa", explica Pedro. "Este cambio me lo ha enseñado Guardiola, con muchas transiciones de defensa a ataque y de ataque a defensa. Es un movimiento difícil porque cuando tienes el balón tiendes a desordenarte y después es más fácil que te pillen a contrapié. Tienes que volver lo más rápido posible y estar muy bien coordinado con tus interiores para que, cuando ellos te cubran, tú puedas ocupar su puesto en el medio sin perder el dibujo defensivo".

La presencia de extremos cuadra el círculo. El estilo del Barcelona se ha transferido a la selección con naturalidad. Del Bosque lo ha facilitado. "El míster ha decidido confiar en este modelo porque todo gira alrededor de los jugadores del medio campo, que son gente de creación, y muchos de ellos vienen del Barça", dice Pedro.

Los paralelismos hacen prever un Mundial lleno de dificultades. "Para contrarrestarnos, muchas selecciones jugarán como hizo el Inter", avisa Pedro. "Muy replegados atrás, poniendo problemas para que encuentres los espacios y luego cogiéndote a la contra. Pero nosotros tenemos nuestro juego de posesión, de toque. No debemos desesperarnos. Tenemos que ocupar los espacios moviéndonos mucho". Hoy, Pedro y Navas podrán poner a punto sus habilidades contra Corea del Sur (18.00, TVE-1), en Innsbrück, en el segundo amistoso de preparación del Mundial. Del Bosque desplegará al equipo B, con rotación en la portería: Reina en la primera parte y Valdés en la segunda.

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