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Análisis:ÁREA DE META | MUNDIAL DE SUDÁFRICA | Faltan 10 días
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Que algo cambie para...

Andoni Zubizarreta

Tal vez recuerden la película Atrapado en el tiempo, en la que Bill Murray y Andie MacDowell son enviados por su cadena de televisión a cubrir el día de la marmota. Los reporteros se ven envueltos en una tormenta de nieve y regresan a Punxsutawney, en Pensilvania, donde deben hacer noche. A partir de ahí vivirán envueltos en un bucle en el tiempo que les hará estar siempre en el mismo día, siempre en el mismo lugar.

Bueno, algo así sentí cuando llegué a Innsbruck, lugar de concentración de España. Ya lo sé, Innsbruck no es Punxsutawney, ni Austria Estados Unidos, ni la marmota sabe nada de fútbol ni, que se sepa, la salida de la marmota sirve para vaticinar los resultados de los Mundiales.

Parafraseando a Juanito, 15 días de concentración, sin noticias de relumbrón, son 'molto longos'
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Aclimatación psicológica

La cosa en tierras austriacas no iba de marmotas, iba de balones. Vamos, que la pelota diseñada para este Mundial no era del agrado de los profesionales. Les digo que era como estar metido en el día de la marmota, ya que me llevó a México 1986, donde estrenamos un balón llamado Azteca que nos parecía ligero y extraño al toque. Si quieren mirar un poco más allá, el primer cambio del que tengo recuerdo es el del Tango que acompañó la victoria de Argentina en su país en 1978. Entonces se decía que aquella variación en la disposición del blanco y el negro en el balón -¡qué tiempos aquellos en los que los balones eran solo blancos y negros!- afectaba a la visión de los porteros y esto impedía que sus reflejos actuasen de forma automática cuando se acercaba a toda pastilla.

En México, la pelota volaba ligera e imprecisa, falta de toque y de sensibilidad, todo ello aumentado porque la altura hacía que, a menor densidad del aire, el balón fuera más impredecible.

La diferencia es, y aquí la marmota se desvía, que en este caso la dificultad del nuevo balón atañe también a los jugadores de campo, a esos que deben llevarlo pegada al pie, que convierten un melón caído del cielo en un peligro tras un control mágico. Habría que agradecer a los que han diseñado este elemento de tortura que esta vez hayan incluido entre los damnificados a los jugadores, que ya estaba bien de que los raros siempre fueran los de los tres palos. La solidaridad, ante todo y como un equipo, se construye también contra un enemigo común. Obtengamos una conclusión positiva: el Jabulani es el primer paso hacia un conjunto campeón.

La otra cuestión que me hizo pensar en el momento en que sonó mi despertador si había vuelto al pasado es esa de quién debe estar en el equipo inicial. Resumiendo, si Casillas debe ser titular. Me froté los ojos ante la cuestión. Revisé si estábamos en 2010 y no en 1994, cuando se discutía si el portero titular debía ser el que era -yo mismo- u otro, o en 2006, cuando el debate era si El Siete debía ser titular, o en 1978, cuando la polémica era sobre si Juanito o Dani, o en...

Y es igual que los que están dentro digan lo que digan, que el seleccionador de turno deje las cosas claras, que los interesados sepan perfectamente cuál es el papel de cada uno, que los que llegan de fuera se restrieguen los ojos ante semejantes debates cuando ellos, a la prensa extranjera me refiero, tiene muy claro que les encantaría que cualquiera de nuestros porteros estuviera en su selección.

Yo diría, parafraseando a Juanito, que 15 días de concentración, sin noticias de relumbrón, son molto longos y me queda muy claro que para algunos, como nos contaba Burt Lancaster en El Gatopardo, algo tiene que cambiar -balones, nombres, titulares...- para que todo siga igual.

Déjenme, para finalizar, dedicar unas líneas a un mito que dice adiós. Como entre porteros anda el juego, rindo pleitesía a David Barrufet, grande como persona, excelso como guardameta, ejemplo como deportista. Te echaremos de menos, David.

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