"A mí no me corresponde hablar con el técnico"

"A mí no me corresponde hablar con el técnico", declaró anoche Florentino Pérez en el programa El Larguero, de la cadena SER, saliendo al paso de la queja vertida por Manuel Pellegrini en el sentido de que, prácticamente, no había tenido ocasión de conversar con él en toda la temporada. "Esas funciones son propias tanto del director general [Jorge Valdano] como del deportivo [Miguel Pardeza]", argumentó el presidente del Madrid, que añadió: "Yo estoy para dirigir el club".

No obstante, Pérez comentó que precisamente se había despedido ayer mismo de Pellegrini con toda cordialidad y que siempre tendría una gran imagen de él: "Es un caballero". A continuación, le auguró "éxitos seguros" en los nuevos equipos que prepare. A propósito de ello, consideró que su experiencia madridista le resultará "muy beneficiosa" en el futuro.

Respecto a la destitución del entrenador chileno para fichar al portugués José Mourinho, ganador este año al frente del Inter de la Liga y la Copa italianas y de la Champions, Pérez insistió en que se ha debido al incumplimiento de los objetivos marcados.

Ante la pregunta concreta de que si haber quedado el segundo en la Liga, con un aluvión de puntos y goles y tras un duelo intenso con el mejor Barcelona de la historia, había sido un fracaso, Pérez se remitió a la eliminación del Madrid en los octavos de final de la Liga de Campeones. "En Europa no estuvimos donde nos correspondía haber estado", se lamentó.

Sneijder y Robben

También aludió Pérez a la creencia de Pellegrini de que todo se torció para él cuando pidió que Sneijder, campeón europeo con el Inter, y Robben, subcampeón con el Bayern Múnich, se quedasen en la plantilla para que fuese más equilibrada. Según dijo, la salida de los holandeses estuvo motivada por las necesidades económicas del Madrid, ya que sus respectivas fichas anuales eran muy elevadas.

"En el fútbol", enfatizó Pérez, "hay que saber imponerse a la pasión y la presión" a la hora de tomar decisiones. Además, recordó, las exigencias en el Madrid son muy altas, en función de su brillante pasado, y hay que hacer frente a ellas: "Debemos ser siempre unos ganadores".