Sindicatos y empresarios apurarán hasta el lunes para pactar la reforma laboral

Los líderes de sindicatos y empresarios se preparan para pasar juntos el fin de semana. Negociando. Van a apurar hasta el final de mayo para intentar llegar a un pacto laboral. Los dirigentes de ambas partes se vieron ayer las caras en una reunión que se antojaba decisiva para conocer la suerte del acuerdo. "Del encuentro de hoy [por ayer] tiene, al menos, que salir una perspectiva muy fiable de lo que va a pasar", comentaba por la mañana un alto dirigente sindical. Pero lo cierto es que en la cita no hubo avances. Eso sí, se dio una coincidencia, será difícil que las conversaciones finalicen antes del 31 de mayo, apuntaron fuentes de las dos partes.

También quedó claro que la negociación entra en una nueva fase. En las últimas semanas, las conversaciones han sido a dos partes: sindicatos y empresarios. A petición de los agentes sociales, el Gobierno -pese a que las materias caen completamente en su ámbito de decisión- se ha mantenido al margen. A partir de ahora sindicatos y empresarios vuelven a sentarle en la mesa. "Todos, Gobierno, patronal y sindicatos están obligados a realizar un último esfuerzo para hacer posible el acuerdo", justifica CC OO en el comunicado emitido al final de la reunión.

A partir de ahora, el Gobierno se reincorpora a las conversaciones

Tal y como se pronosticaba el martes, el encuentro fue "maratoniano". Empezó a las diez de la mañana. Se detuvo a mediodía y prosiguió hasta media tarde. En él, además de los negociadores habituales estuvieron los secretarios generales de UGT, Cándido Méndez, y CC OO, Ignacio Fernández Toxo, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y el vicepresidente, Santiago Herrero.

Los precedentes hacían presagiar que sería difícil que se llegara a un acuerdo. Los equipos negociadores se habían visto las caras el día anterior. Se encontraron los secretarios de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, y CC OO, Ramón Górriz, y el responsable de Relaciones Laborales de la CEOE, José de la Cavada. No se cerraron ninguno de los temas abiertos.

Todo quedó pendiente para la reunión de los líderes. Y tras ella, todo volvió a quedar pendiente. El principal escollo que hay sobre la mesa se sitúa en las causas del despido, apuntan fuentes de la negociación. La patronal reclama redefinir las causas del despido y establecer nuevas. Los sindicatos se niegan. El objetivo que persiguen los empresarios es facilitar la vía del despido procedente que cuenta con una indemnización de 20 días por año trabajado, frente al improcedente (45 o 33 días por año).

Los otros puntos calientes de las negociaciones son la extensión del contrato de fomento del empleo y el plan de empleo juvenil. Además, ayer la patronal mantuvo sobre la mesa su histórica reclamación de reducción de cotizaciones sociales, algo que ya ha sido rechazado por Gobierno y sindicatos.

Esta postura de la patronal obedece a las dificultades que tendría Díaz Ferrán en el seno de la CEOE para lograr que los órganos de Gobierno dieran luz verde a una reforma laboral que sus dirigentes consideren insuficiente.

Esto acaba por traducirse en una gran lejanía entre las partes que, sin embargo, no desanima al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. Para él, el desencuentro "es una hipótesis que no se contempla". Ahora, advirtió de que, en caso de que no hubiera pacto, "el Gobierno adoptará las medidas que considere oportunas en el momento que considere oportuno".

La distancia que hay entre las posiciones de los agentes sociales lleva a pensar que a partir de ahora se va a intensificar el ritmo de las conversaciones. Sobre todo a partir del viernes, pues mañana por la mañana se reúnen los máximos órganos de gobierno de UGT y CC OO. "Por nosotros no va a quedar", explicaba uno de los asistentes al encuentro de ayer.