La cifra de pacientes en hospitalización a domicilio crece un 25%
Osakidetza prevé concluir el año próximo el desarrollo del servicio
Acortar el ingreso en los centros sanitarios o evitarlo es el objetivo de los nueve servicios de hospitalización a domicilio existentes en Euskadi, que han aumentado su número de nuevos pacientes en un 25%. Ello supone que una media de 322 enfermos recibe cada día atención hospitalaria en sus casas.
La tendencia a descongestionar los hospitales con servicios alternativos cobra cada vez mayor importancia. La hospitalización domiciliaria es uno de ellos, junto con los centros de día médicos y quirúrgicos, las unidades de corta estancia o las de cuidados paliativos. El Hospital de Cruces puso en marcha en 1983 la primera opción, hasta entonces inexistente en España. Desde entonces, se han realizado sendas ampliaciones en 1993, que llegó a cubrir al 68% de la población, y desde 2007.
Más de 300 enfermos reciben cada día atención en sus casas
Cruces puso en marcha el primer servicio hace ya 27 años
Osakidetza finalizará el próximo año el proceso de ampliar e igualar la oferta por provincias. Los ingresos han crecido entre marzo de 20009 y el mismo mes de este año en un 36% en Álava, un punto menos en Guipúzcoa y un 12% en Vizcaya. En octubre pasado, el Servicio Vasco de Salud creó un nuevo equipo en las Encartaciones. Este año quedará cubierta la demanda en la Rioja Alavesa y el próximo en Gernika y las localidades de su entorno con su futuro Centro de Alta Resolución. A día de hoy, el servicio cubre al 94% de la población. Se quedarán sin él zonas de difícil acceso del Goierri guipuzcoano y Maeztu y Añana en Álava."A nadie le gusta estar en el hospital", apunta María Dolores de Damborenea, jefa y creadora del servicio de hospitalización a domicilio de Cruces. Los posoperatorios se trasladan cada vez más al hogar del enfermo, donde se evitan riesgos de infecciones, se le mantiene en un entorno normalizado y goza de mejor calidad de vida. Los trasplantados hepáticos, por ejemplo, realizan todo este proceso en sus domicilios. A ellos se suman enfermos con dolencias crónicas reagudizadas, pacientes oncológicos o enfermos de sida, entre otros.
Damborenea destaca que los cuidados paliativos también son muy habituales, hasta suponer el 25% de sus actuaciones. Una vez estabilizados los pacientes, la atención a domicilio de Primaria se encarga de ellos. El equipo de Cruces, del que depende el mayor número de pacientes, despliega a diario entre Karranza y Bakio a diez médicos, tres residentes y personal de enfermería, con una flota de 18 coches.
Este sistema suele desarrollarse después de una estancia en un hospital. Sin embargo, cada vez son más los enfermos que se derivan a esta opción desde Urgencias o las consultas de Atención Primaria.
Una vez admitidos en el servicio, cada paciente recibe a diario en su casa la visita de un médico y una enfermera, aunque estas profesionales acuden a los domicilios cuantas veces sea preciso. "El tratamiento es igual que cuando están en el hospital", enfatiza Damborenea.
El sistema facilita la recuperación de los pacientes y también beneficia a los gestores sanitarios. La alta demanda de camas, forzada en parte porque el sistema sanitario no está adaptado a los pacientes crónicos, se ve aliviada con esta opción que deja camas libres para otros enfermos. Además de que la patología se pueda tratar en casa, para acogerse a esta posibilidad es necesario que médicos, pacientes y familiares así lo acuerden. "El paciente acepta el servicio de manera voluntaria. es raro que te digan no", explica Damborenea. En caso de que el enfermo no cuente con apoyo familiar, tenga problemas sociales o de drogodependencias, se le descarta como candidato.
En los 27 años que el servicio lleva en funcionamiento, su evolución ha sido evidente: Cruces ha pasado de atender así a 300 pacientes anuales a 2.300 y la cifra de médicos dedicados a ellos se ha elevado de tres a diez. "La organización sanitaria apuesta por las alternativas a la hospitalización", subraya la jefa del servicio en el hospital baracaldés.
Redistribuir a los enfermos que necesitan mayores cuidados es la política sanitaria que prima en estos momentos, lo que ha llevado a racionalizar paulatinamente el número de camas en los centros sanitarios y reforzar los servicios intermedios, que amplían el hospital fuera de él. Cruces, por ejemplo, ha reducido su número de camas desde 1.550 hasta las 960 con que cuenta en la actualidad.
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