Un solista con carácter
Cedido por el Juventus, Tiago desea continuar en el Atlético, con el que se ha identificado
Pieza fundamental del Chelsea original de José Mourinho, del Olympique de Lyon que hizo de la Liga francesa su huerto privado y de todo equipo por el que pasó hasta que el calcio le cortó las alas, Tiago Mendes ha necesitado menos de cuatro meses para meterse en el bolsillo a los futbolistas y los aficionados del Atlético. "Verle en acción es poesía", le define, y de qué manera, Forlán.
"Agradezco los halagos pero no me los merezco porque no he ganado nada con el Atlético... La Liga Europa, aunque es un premio colectivo, no es mía porque no podía jugarla. Otra cosa son los sentimientos que me despierta la Copa. Una final siempre es un momento especial y un escaparate que no se da cada semana. Quiero ganarla por mí y por el Atlético. No quiero regresar a Italia. Si lo hago, será a rastras", le brotan las palabras al portugués, que desea seguir de rojiblanco.
Hasta su aterrizaje en forma de cesión en enero, con Madrid colapsado por la nieve en una postal navideña que le hizo recordar el "infierno blanco" de Turín, del Juventus (le ha tasado en ocho millones), el Atlético había forjado a trancas y barrancas una imagen de equipo rocoso. "Me costó dos meses de pruebas y experimentos comenzar a dar soporte y robustez a la defensa. Era mi principal preocupación porque gol teníamos. Tarde o temprano llegaba, aunque tampoco aprovechábamos la pegada bárbara de Forlán, Agüero...", analiza Quique Flores. En cuanto vio a Tiago, el entrenador no se lo pensó dos veces: "Le queremos. Está a un nivel superior. Se nota por dónde ha pasado. Es un solista que interpreta el juego como pocos".
"Pues yo, cuando le veo a mi lado, me pongo muy feliz porque también se encarga del trabajo pesado", cuchichea, como un niño grande, Assunção, el futbolista que más faltas (93; a 3,1 por partido) comete de la Liga. Razón no le falta: en los 22 encuentros, 18 en el torneo liguero y cuatro en el copero, que ha disputado, Tiago ha recuperado 112 veces el balón (5,09 de media), ha cometido 54 faltas (2,45) y ha visto nueve tarjetas amarillas. "El fútbol es sencillo y hermoso, pero no puedes dejar que te coman", observa el medio con aire retraído.
"Parecerá tímido, pero no veas cómo se suelta en el campo", interviene Simão, que le considera "imprescindible" en la selección portuguesa. Como Carlos Queiroz, el seleccionador. "No vine exclusivamente porque peligrara mi presencia en el Mundial de Sudáfrica. Tengo su confianza. Aun sin jugar muchas veces en Italia, iba siempre a la selección. Pero así voy a llegar con otras condiciones: mucho mejor de cabeza y físicamente", apunta Tiago. Hasta Raúl García, que compitió en vano con él por el puesto y sólo tuvo la oportunidad de la Liga Europa, se rinde a la evidencia: "La competencia es sana. Te obliga a mejorar, a sacar lo mejor que llevas dentro. Verle cómo la toca, cómo la mueve, cómo encuentra el espacio... Es que Tiago es mucho Tiago".
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