Villa, desenlace inminente

El presidente del Barcelona, Joan Laporta, puso de manifiesto que continúa trabajando con la mente puesta en reforzar la plantilla, por mucho que el 30 de junio abandone el cargo. En ese sentido, Laporta reconoció que las negociaciones con el Valencia para el traspaso de David Villa han comenzado y mostró su esperanza de que la operación se resuelva pronto. "Estamos en el proceso negociador y todo va por buen camino", aseguró el presidente en el acto de presentación del XICS Carmel y Entorno, un nuevo centro de ayuda a niños con problemas de integración impulsado por la Fundació del Barcelona.

Laporta dejó claro que no se ha marcado una fecha concreta para cerrar el acuerdo, pero todo indica que las partes están tan cercanas que el delantero asturiano podría ser presentado el viernes, de seguir la negociación por tan buen camino. El Barcelona y el Valencia están puliendo los flecos sobre el modo de pago de los 40 millones de euros que el conjunto catalán está dispuesto a pagar por Villa.

En el caso de Cesc Fàbregas, el capitán del Arsenal, la operación no parece tan sencilla, por mucho que el jugador haya mostrado su convencimiento de que sólo abandonará Londres para regresar a Barcelona. Cesc termina contrato con los gunners al final de la próxima temporada. "Si desde la secretaría técnica se considera que hay que hacer un esfuerzo, se hablará con el Arsenal", afirmó el presidente, que también se refirió al futuro de Thierry Henry. "Se está trabajando en este sentido y lo que haremos es conciliar los intereses del Barça y del jugador, que es muy deseado en Estados Unidos". Henry tiene una oferta del New York Red Bulls.

Laporta no descarta volver a optar a la presidencia del club en el futuro -"nunca se sabe", dijo-, y aseguró que no se arrepiente absolutamente de nada. "Lamento algunos errores pero no creo que hayan sido relevantes ni que hayan perjudicado a la entidad", manifestó en una entrevista con la agencia Efe. "Una de las fuerzas de mi mandato ha sido la honestidad. Teníamos que ser ejemplares porque nos jugábamos la credibilidad de una generación", añadió.

También opinó que su gestión, durante sus siete años como presidente, merece una nota muy alta y que, atendiendo a los títulos, podría merecerse la consideración de mejor presidente de la historia, pero matizó: "El mejor siempre será Gamper".