Un título como lanzadera
El triunfo impulsaría las posibilidades de Antonio Álvarez, sobre el que los dirigentes tienen dudas, para seguir al frente del Sevilla
Antonio Álvarez, el técnico del Sevilla, quiso ayer enfrentarse en solitario a los numerosos periodistas que le esperaban en la sala de prensa del Camp Nou. Quique Flores, el del Atlético, compareció arropado por dos de sus estrellas, Agüero y Simão, mientras que el del Sevilla vetó la presencia del reclamado Negredo. Álvarez, que cogió el primer equipo después del "no" de Luis Aragonés a las condiciones que le imponía José María del Nido, el presidente, ha dirigido al plantel hasta lograr de forma agónica la clasificación para la Liga de Campeones. Hoy afronta su primera final sabedor de que ganar la Copa alimentaría su continuidad en el cargo, aunque incluso en la victoria existirían dudas entre los dirigentes de su club.
Al disponer de Negredo, el técnico podrá ser fiel a su idea de dos delanteros
Del Nido y el director deportivo, Monchi, no tuvieron demasiado tiempo para pensar en el futuro mientras ejercían de anfitriones en la fastuosa cena que el Sevilla ofreció ante la final de esta noche. Desde hace semanas están gestando un nuevo Sevilla, ya que consideran que, a pesar de haber alcanzado la Champions, necesita una revisión urgente. "Hemos acabado un ciclo", se proclama desde la zona noble de la entidad. Por eso llegarán nuevos jugadores, como el lateral francés Dabo, y se abrirá la puerta a todo el que se quiera ir. La principal duda radica en el comandante de la tropa.
"Quiero la Copa por los más de 30.000 sevillistas desplazados a Barcelona", proclamó Álvarez, también consciente de que su futuro puede pasar por llevar al Sevilla al sexto título en cuatro años. En el club se valora la mejora que ha tenido el equipo tras su llegada, pero se entiende también como necesario el fichaje de un entrenador de fuste que pueda crear una nueva ilusión. Ya se tanteó al francés Laurent Blanc y ahora, cosas del fútbol, se está muy pendiente de lo que le pueda ocurrir con Manuel Pellegrini, prácticamente liquidado en el Madrid. Del chileno les gusta todo a los responsables del Sevilla.
Claro que en provecho de Álvarez puede obrar la decisión del Comité de Competición de indultar a Negredo, un grandísimo refuerzo de última hora. La alineación del madrileño permite al técnico del Sevilla disipar las dudas que tenía en su cabeza y mantener lo que ha sido una constante desde que llegó al banquillo: jugar con dos delanteros. Nada de trivotes que alienten la especulación en el centro del campo y que fueron la tumba de su predecesor, Manolo Jiménez. Así, con Negredo y Kanouté tiene más opciones de acabar con el Atlético.
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