De Miguel contrató a su suegra
Perteneció más de dos años a Kataia, pero sólo le abonaron siete nóminas
Alfredo de Miguel era consciente de que la sociedad Kataia, a la que estaba vinculado junto a su esposa y otras tres parejas de afiliados al PNV, registraba una inusual descompensación entre los numerosos ingresos que recibía y sus escasos gastos. Quizá por ello, la mano derecha de Xabier Agirre en Diputación, decidió inflar los gastos de la consultora aunque sin importarle defraudar a la propia Hacienda de Álava. Lo hizo durante más de dos años. Y es que Txitxo, apelativo coloquial con el que es conocido el vicepresidente segundo de Caja Vital, decidió en 2006 contratar a su suegra, la madre de la también imputada Ainhoa Bilbao, en la sociedad Kataia Consulting. Esta empresa, sin trabajador alguno, es considerada en el curso de la ampliia investigación judicial como el auténtico servicio de recaudación de las gestiones atribuidas a los principales responsables de la trama alavesa.
A pesar de permanecer contratada durante más de dos años y medio, la suegra de De Miguel sólo cotizó siete meses a la Hacienda alavesa. Según se recoge en el sumario, la madre de Ainhoa Bilbao admitió en sede judicial que había sido contratada por Kataia con la finalidad de "cuidar de sus nietos". Sin embargo, este trabajo apenas lo cumplía en esporádicas ocasiones -"cuando me llamaban porque mi hija tenía alguna cena", reconoció en una de sus declaraciones. La suegra de De Miguel reside en una localidad de Vizcaya y apenas se desplaza a Vitoria, donde el ex diputado y su esposa mantienen el domicilio familiar.
La suegra de De Miguel, por encima de los 70 años, declaró que era decoradora de profesión y que, eso sí, realizaba sus declaraciones de renta, aunque dijo no haberse percatado de las irregularidades cometidas por la empresa en su nombre. Y es su cotización regulada por nómina apenas se mantuvo durante poco más de medio año con un sueldo ligeramente superior a los 1.000 euros. Lógicamente, el propósito de la familia De Miguel era incrementar el capítulo de gastos en el balance de Kataia habida cuenta de que esta sociedad carecía de personal y venía recibiendo importes sumas de dinero, provocando así una descompensación demasiado evidente ante Hacienda.
Precisamente la investigación judicial, una vez conocido el sumario, va a dirigirse a escrutar la procedencia de varios ingresos aún no identificados, pero también hacia el destino de varios pagos que Kataia fue haciendo desde su creación.
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