¡Qué grave error de Schumi!
Lo vi, lo constaté y no me lo creía. Para mí, que conozco tanto a Michael Schumacher, aquello era incomprensible. No podía ser que un estudioso de las normas como el siete veces campeón mundial realizase un adelantamiento como el que hizo a Fernando Alonso en las dos últimas curvas de la carrera, a todas luces antirreglamentario. Pero lo hizo. El coche de seguridad acababa de abandonar la pista y a la caravana de bólidos les quedaban dos curvas para concluir la carrera. Entonces, a Schumi debió de parecerle que Alonso tenía algún problema y le adelantó sin compasión por el interior en una curva de derecha.
Fue un error monumental. Y él debía saberlo. Es mucho mejor una séptima posición que la 12ª, a la que cayó después de la sanción que le impuso el director de la carrera, Charlie Whiting. Pero más grave que su decisión fue el hecho de que el equipo no le avisara de su equivocación. Cuando en las pantallas de Mercedes vieron el adelantamiento, debieron llamar inmediatamente por radio a Michael y ordenarle que cediera de forma fulminante la posición a Alonso. Si lo hubiera hecho, no habría pasado nada porque habría dejado constancia de que comprendía su equivocación. No le habrían sancionado.
Fue triste ver a un hombre que ha sido el más grande de la historia cometer una irregularidad
Pero, con el reglamento en la mano, a Whiting no le quedaba otro remedio que imponer una penalización a Schumacher. Y fue triste ver a un hombre que ha sido el más grande de la historia acusado de nuevo de cometer una irregularidad. Además, habría sido una injusticia flagrante que Schumacher hubiera acabado por delante de Alonso porque el español fue el alma de la carrera que ayer se disputó en Montecarlo. Fue el mejor, supo coronar con éxito los adelantamientos que debía realizar ante los coches más lentos de la parrilla y luego sacó todo el partido del acierto incuestionable de la estrategia de haber cambiado los neumáticos en la primera vuelta para colocar los duros.
Bridgestone ha demostrado que el producto que ha creado para la fórmula 1 es consistente y fiable. Alonso dio 77 vueltas y acabó con las gomas bastante enteras. Pero no es sólo un mérito de la marca japonesa. También Alonso aportó para ello su fina conducción y su tremenda inteligencia para preservarlas a partir del momento en que ya se vio instalado en la sexta posición. Ese fue su mérito.
Sin embargo, lo que volvió a quedar patente en el circuito monegasco fue que, por el momento, nadie puede con los Red Bull. Y también que Renault está amenazando seriamente la cuarta plaza de la escudería Mercedes en la parrilla.
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