Ejemplo para la sociedad civil

Cuando se habla de la importancia decisiva de la sociedad civil en Cataluña uno no puede dejar de pensar en figuras tan relevantes como Jaume Tomàs, economista y hombre de empresa, y al mismo tiempo una personalidad implicada con entusiasmo e inteligencia en iniciativas culturales como Amics del MNAC, de cuyo patronato, presidido por Miquel Roca, era miembro muy destacado. La desaparición de Jaume Tomàs deja un silencio doloroso en el mundo de la empresa familiar, una realidad que contribuyó poderosamente a consolidar y a fortalecer desde el Instituto de la Empresa Familiar, del que fue vicepresidente y uno de los socios fundadores.

En el mismo ámbito, actualmente presidía la Fundación Nexia para el Desarrollo de la Familia Empresaria y había sido profesor de la Cátedra de la Empresa Familiar de IESE. Esposo de Mariona Carulla, que ha asumido con acierto y un encomiable sentido de la responsabilidad la presidencia del Palau de la Música en una situación crítica, Jaume Tomàs desarrolló una buena parte de su brillante trayectoria profesional en el seno del grupo empresarial Agrolimen, uno de las más prestigiosos en el campo de la alimentación en nuestro país, al que estuvo vinculado desde 1957, del que llegó a ser en 1980 miembro del Consejo de Administración y en el que ejerció, entre otros cargos, la Dirección General de Gallina Blanca y la Dirección de la División de Alimentación de Agrolimen. Jaume Tomàs ha fallecido a los 77 años tras una penosa enfermedad diagnosticada el verano y que afrontó con lucidez y coraje, transmitiendo a su esposa y a sus cuatro hijos una formidable conciencia del vigor y la fragilidad de la condición humana, a pesar de su debilidad creciente.

Era una de las cabezas más notables del catalanismo económico

Enamorado del deporte, en su juventud fue jugador del primer equipo de baloncesto del FC Barcelona y también del San José de Calasanz. Vital e imaginativo, era un trabajador incansable, que contagiaba a cuantos le rodeaban la ilusión y el compromiso por la mejora del presente. Amigo personal de Jordi Pujol, era una de las cabezas más notables de un catalanismo económico caracterizado al mismo tiempo por sus hondas convicciones, su espíritu constructivo y un sabio sentido de la realidad. Con su suegro, Lluís Carulla i Canals, fundador de Gallina Blanca, Jaume Tomàs no sólo compartía una visión empresarial avanzada, sino también un arraigo en unos valores y en una cultura con los que se identificaba sin aspavientos ni renuncias. Recibió la Creu de Sant Jordi, concedida por la Generalitat de Cataluña en 2006. Una mención singular merece la labor que llevó a cabo en el seno de Fira de Barcelona. Gracias a su excelente capacidad para generar complicidades en proyectos nuevos y para suscitar consensos entre instituciones, durante la presidencia de Jaume Tomàs la Fira de Barcelona vivió una época de relanzamiento indiscutiblemente positiva y que suscitó un amplio reconocimiento. Otra de las vertientes en la que el hombre de empresa supo proyectar eficazmente su talento e iniciativa fue el Círculo de Economía, del que fue vicepresidente.

Cabe destacar además su condición de miembro del Consejo de Argentaria/BBVA, Flamagas y de otras importantes empresas e instituciones. Su convicción de que el futuro pasa necesariamente por una colaboración más intensa y fecunda entre la actividad industrial y la investigación universitaria se plasmó en su incorporación al Consejo Económico y Social de la Universidad Pompeu Fabra. A los que tuvimos el placer de contar con su amistad, su ausencia nos produce tristeza, una nostalgia de su conversación vivida como un reto de comprensión y de audacia. Nos queda su recuerdo cordial y su ejemplo, que debe servirnos para valorar que, junto a la labor determinante de las administraciones, el protagonismo de la sociedad civil continúa siendo esencial, para no quedar atrás, para que todos sumemos. Jaume Tomàs desde donde esté nos lo estará recordando.

Carles Duarte es poeta y director de la Fundación Lluís Carulla.