_
_
_
_
Análisis:ÁREA DE META
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Vida y esperanza

Andoni Zubizarreta

Ya se divisa la pancarta de meta y ya tenemos a los dos primeros clasificados con la cabeza metida en el manillar sabiendo que estos últimos 90 minutos deben resolver esa carrera de resistencia que es la Liga, en la que sólo queda pendiente ese sprint final que, tal y como se ha dado toda la competición, parece que se va a resolver en el último metro, en el último golpe de riñón, para ganar el último palmo, ese palmo que convierte al cava en un artículo para la fiesta o en un remedio que lleve al olvido.

Una de las principales características del fútbol es la de la imprevisibilidad. Ya sé que lo he dicho muchas veces, pero la gracia del popular juego del balompié es que nunca una victoria se puede dar por conseguida ni hay partido irremontable. Bueno, corrijo, si miramos la última jornada de la Premier League veremos que el Chelsea vencía al Wigan por un apabullante 8-0. Supongo que, a partir del quinto gol, hasta el más prevenido seguidor del Chelsea, vamos hasta el parco Carlo Ancelotti, se daría el gusto de ponerse a celebrar el título sin que el árbitro hubiera decretado el final del encuentro y la cosa fuera ya oficial.

Pero es la excepción que confirma la regla. Si no, que se lo digan a los seguidores del Barça, que la pasada semana gozaban con el juego de su equipo hasta que dos errores llevaron la inquietud, los malos presagios y todos los antisantos del santoral azulgrana se le aparecieron a más de uno, sólo conjurados cuando Undiano decretó el final del partido.

Vamos, que si hay un juego en el que se haga realidad eso de que donde hay vida hay esperanza es el fútbol. Y, llegados a este momento, permítanme que me ponga de pie para escribir lo que sigue: si hay un club que confirme eso de la vida y la esperanza es el Xerez, desahuciado a mitad de la Liga, deshecho allá por Navidades de tal forma que parecía que competía en Primera División porque el reglamento impedía a un equipo bajar antes de que finalizase la temporada. Y ahí está vivito y coleando, jugándose su permanencia en el último encuentro, bueno, en su último encuentro y en los de todos los involucrados en ese monumental cacao en que se ha convertido la parte baja de la clasificación. No conozco a Gorosito ni he compartido vestuario con Poyatos, luchador incansable. No sé quién es el autor de este milagro más allá de que los jugadores han mostrado una fe inmensamente superior a la que yo les había otorgado. No sé cómo acabará la aventura del club jerezano, ya que, si la cierra con épica, pasará a los anales de la historia grande de la Liga, pero, si se cierra en tragedia, surgirá ese personaje utilitario que tanto nos rodea últimamente para resumir la cosa en un "nadar, nadar, para morir en la orilla".

Pues yo creo que lo de los jerezanos es ya una hazaña. Creo que su temporada es para mostrarla como ejemplo de tesón y convicción ante el desastre. Creo que ellos son dignos del cava pase lo que pase en los últimos 90 minutos. Creo que acabarán peleando por los últimos tres puntos, convencidos de que en ellos está la salvación, para obligar a todos los que comparten baile con ellos a hacer su mejor resultado para evitar encontrarse en el fotograma final, ese que recoge el último paso de la carrera, en un lugar desagradable para salir en la foto.

Si para ellos hay vida y hay esperanza, imaginen para todos los demás.

¡Qué 90 minutos nos esperan!

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_