Solidaridad cotidiana
Uno lee o escucha con demasiada frecuencia, en referencia a la realidad del barrio de Colonia Requena, cosas como: "...cada vez se degrada más el barrio", "...los inmigrantes se están cargando todo", "...la crisis está pegando fuerte aquí", "los de aquí [españoles] no aceptan nuestras costumbres, religiones...".
Urge abrir una reflexión general y realizar un esfuerzo colectivo. En primer lugar, quizás nos sería mucho más útil a todos los que formamos parte de esta comunidad reconocer y asumir los retos que nos está demandando hoy en día el vivir y convivir en nuestro barrio, que el hacer juicios de valor sobre él. Por enumerar alguno de estos retos, mencionaría en primer lugar que habría que apostar por la integración de los inmigrantes que están llegando desde hace ya un tiempo a nuestro barrio procedentes de muchos puntos distintos del mundo, de la misma manera que hace años se fue capaz de integrar con éxito a los inmigrantes que nos venían de otras partes de la geografía española buscando también un trabajo digno y en definitiva un futuro mejor para ellos y para sus familias. Llegaron, arraigaron y se quedaron.
A partir de esa premisa, hay mucho más por hacer y una de las principales formas de cohesionar la realidad del barrio es seguir revitalizando el tejido social existente. Las comunidades de propietarios, la asociación de vecinos, el centro comunitario o los centros educativos...Un trabajo que también debe completarse con la atención a los colectivos más expuestos al riesgo de exclusión social como son las personas mayores que viven solas o algunos grupos juveniles e infantiles...Son posiblemente los grupos sociales más necesitados de apoyo en nuestro entorno más próximo. Y, por supuesto, debe hacerse un esfuerzo colectivo por asumir en el día a día lo que supone la interculturalidad. Y eso incluye también la conveniencia de abrir la puerta al diálogo interreligioso. Y es que a pesar de las pequeñas dimensiones que tiene el barrio en el que vivimos, en Colonia Requena existen nada menos que seis centros de culto distintos.
En segundo lugar, nos sería también útil reconocer y apreciar todo lo que se está haciendo para intentar responder a estos retos que afronta el barrio, tanto en el ámbito público (Plan Integral para la Zona Norte) como a título privado (campamentos urbanos de verano planificados y realizados por jóvenes del barrio para nuestros niños, programa de inserción laboral para mujeres inmigrantes llevado a cabo por mujeres del barrio...). Responder a estos retos es cosa de todos, nadie sobra para avanzar en esta labor, todos somos necesarios.
Por último, es preciso igualmente reconocer que el responder a estos retos mencionados tiene un precio que no es otro que una actitud solidaria efectiva y afectiva, por encima de intereses individualistas, políticos, religiosos...
Roque Cañizares es el párroco de Nuestra Señora de los Desamparados de Colonia Requena
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