Transportes prueba una tarjeta recargable para sustituir los abonos

Dentro de poco, 1.000 viajeros madrileños tendrán una misión. Serán los elegidos para probar la nueva tarjeta recargable con la que el Consorcio Regional de Transportes quiere sustituir a los abonos mensuales tradicionales para viajar en metro, autobús y trenes de cercanías. Tras la prueba piloto, que durará seis meses desde el próximo junio, el nuevo sistema se implantará, como muy tarde, el 31 de diciembre de 2011, según un portavoz de Transportes. El coste de la instalación en toda la red de transporte público de la región ascenderá a 25 millones.

En las próximas semanas, el consorcio buscará a ese millar de viajeros que harán la prueba piloto (700 para el abono normal y 300 para el joven). Los seleccionarán a partir de su base de datos y contactarán con los aspirantes, que no recibirán ningún tipo de gratificación, a través de entrevistas telefónicas. La red de prueba, con 120 máquinas expendedoras especiales, está situada en el entorno de la estación de Nuevos Ministerios, por lo que los candidatos serán elegidos entre los usuarios de la zona norte de Madrid, los que vivan en barrios situados en los distritos de Fuencarral-El Pardo, Chamberí y Tetuán.

Los viajeros de la prueba piloto podrán adquirir la tarjeta en prueba en la estación de Nuevos Ministerios o a través de Internet y deberán cargarla cada mes. Su experiencia permitirá comprobar cómo funciona, en qué falla, si es que falla, y servirá para verificar en situaciones reales los problemas que pueda plantear su uso.

Tras analizar el funcionamiento del sistema se implantará, en una primera fase, para que puedan usarlo los 1,2 millones de viajeros que utilizan el abono mensual en la zona A (que incluye principalmente el término municipal de Madrid capital). El sistema será parecido al que ya utilizan 35.000 usuarios del abono anual que emplean tarjetas sin contacto, aunque por el momento no disponen aún de máquinas para recargarlas.

La nueva tarjeta sin contacto incluirá toda la información del usuario en un servidor centralizado, lo que permitirá que si un viajero denuncia su desaparición, por robo o pérdida, el título podrá ser anulado automáticamente y el afectado podrá reclamar una nueva tarjeta.

El sistema que pone a prueba la Comunidad de Madrid servirá para "hacer más cómodo el pago y el acceso" al transporte público madrileño, según destacó ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en la presentación del proyecto a los medios.

Aguirre señaló que el modelo resultará más rápido porque con su puesta en marcha no será necesario que los viajeros con tarjeta recargable pasen el billete en la canceladora y más cómodo, porque evitará que se borren los datos cuando se exponga a un campo magnético, como ocurre en algunos casos con los abonos actuales.

Los viajeros podrán recargar la tarjeta con dinero efectivo o con tarjeta en las futuras máquinas expendedoras que se instalarán por toda la red.