El norcoreano Kim Jong-il busca ayuda en China

Kim Jong-il, el esquivo dictador de Corea del Norte, llegó ayer a China, su único gran aliado, en busca de apoyo económico y protección diplomática en un momento en el que sus errores políticos internos y sus afanes militaristas están exasperando la región. Se trata del primer viaje al extranjero de Kim desde que sufrió un ataque cerebral en 2008.

China, puntal de los líderes norcoreanos durante décadas, está harta de las provocaciones de su vecino, aseguran los analistas, pero continúa respaldándolos para evitar el caos en su frontera. A cambio, espera conseguir que Kim suavice a los mandos militares y vuelva a las negociaciones de desarme nuclear auspiciadas por Pekín.

Ataviado con su habitual vestimenta caqui y sus gafas de sol, Kim emergió de una caravana de cerca de 50 vehículos (varias limusinas entre ellos) e ingresó cautelosamente en el hotel Furama, en la próspera ciudad portuaria de Dalian. El líder norcoreano cruzó la frontera china antes del amanecer en su tren blindado, con un despliegue policial en cada parada. El hotel Furama ha cubierto su fachada con una tela blanca, para evitar a los periodistas.

En su último viaje a China, en 2006, Kim recorrió los centros industriales para conocer de primera mano su funcionamiento. Dalian, importante foco de inversión extranjera, es un símbolo del desarrollo que los líderes chinos han aconsejado durante años, infructuosamente, a Kim y a su padre, Kim Il-sung, para revivir la moribunda economía norcoreana.