La noche de Balenciaga

Tres trajes de noche del modisto Cristóbal Balenciaga (Getaria, 1895-Valencia, 1972) anuncian desde ayer en el vestíbulo del Museo de Bellas Artes de Bilbao la proximidad de la inauguración de la exposición Cristóbal Balenciaga. El diseño del límite, que se presentará el próximo 10 de mayo y permanecerá abierta al público hasta el 26 de septiembre.

Los tres vestidos, iluminados por los arcos de neón que los rodean, formarán parte de una muestra integrada por cerca de 40 trajes de alta costura, procedentes de la colección del Gobierno vasco, la Fundación Balenciaga, y dos particulares residentes en Euskadi y Madrid.

El Bellas Artes no pretende ofrecer una antológica de la obra del modisto del estilo de la que presentó hace cuatro años el museo de Les Arts Décoratifs, de París, que reunía un total de 160 piezas que reconstruían una trayectoria profesional de medio siglo. Lejos de hacer una lectura disciplinar sobre la obra y el trabajo de Balenciaga, el museo bilbaíno quiere fijar un itinerario por sus instalaciones que invite al visitante a reflexionar sobre el papel que la moda y el vestido pueden tener en el individuo y la sociedad.

El punto de vista de la exposición se fija en los límites físicos de los trajes de Balenciaga, uno de los grandes nombres de la edad de oro de la alta costura de París, esos modistos que pretendían, según los organizadores de la muestra, enmarcar los cuerpos femeninos.

Las mujeres que vestían balenciagas potenciaban su elegancia "escondiendo su feminidad individual bajo una armadura de buen gusto y formas refinadas". Era el resultado del trabajo de un artista que consideraba que un buen modisto debía ser arquitecto en sus bocetos, escultor en su su manera de abordar la forma, pintor al resolver los problemas del color, músico al armonizar los elementos y filósofo en la mesura.