EITB convierte la transparencia en la gestión en un pilar de su plan estratégico

El director general de EITB, Alberto Surio, somete hoy a la consideración del Consejo de Administración del ente audiovisual el plan estratégico para los próximos cuatro años. EITB se dota de una nueva definición, en la que resalta su condición de "servicio público comprometido con los valores democráticos", así como con "la pluralidad de la sociedad vasca", y se hace bandera de "la transparencia en la gestión". En el anterior plan, con vigencia hasta el año pasado, no existía una definición de ese tipo.

En coherencia con esa definición, el documento apuesta por una línea editorial basada en esos mismos valores "democráticos e institucionales" y que sintonice "con una sociedad plural". El objetivo es colocar al grupo en 2014 como líder de audiencias en la información , tanto en la televisión como en la radio e Internet. Se prevé la creación de un Consejo Editorial, como foro de alineación de criterios y estrategias en todos esos soportes.

El ente audiovisual se redefine en el documento como servicio público

El desarrollo del euskera será un objetivo preferente del nuevo período

Las dos misiones prioritarias de las emisoras de televisión y radio del ente público serán el desarrollo del euskera y poner a disposición de la sociedad una oferta "atractiva y de calidad" tanto en información como en entretenimiento. Esa declaración de principios se concreta en ocho objetivos estratégicos y propuestas concretas e indicadores para evaluar su cumplimiento en cada uno de ellos.

El equipo directivo de EITB se muestra consciente de que el mejor plan estratégico "vale poco" sin la implicación de toda la organización y las plantillas. Fuentes próximas al equipo de Surio creen haber vencido los "recelos" con que fue observada su llegada al ente, sobre todo en el sector más afecto al nacionalismo que gobernó EITB durante sus 26 de sus 27 años de existencia.

Sesenta personas han participado en esa reflexión, cuya necesidad se ancla en la finalización del anterior plan, el ajuste presupuestario a causa de la crisis, el momento audiovisual tras el apagón analógico, los cambios en la legislación sectorial y en la propia renovación del equipo dirigente en julio de 2009, como consecuencia de las elecciones de marzo del año pasado.

El plan, que ya conocen los integrantes del Consejo de Administración, se mueve, en buena parte de su contenido, en la continuidad con respecto a las líneas trazadas por el anterior en su plan ya vencido. En otra, introduce la renovación en aspectos organizativos y de adaptación al cambiante panorama de los medios audiovisuales.

El nuevo equipo quiere dejar su impronta poniendo el énfasis en la transparencia en la gestión, hasta el punto de haber creado una dirección específica con ese nombre.

La dirección modificó ya en enero pasado las condiciones de contratación por las que se regía hasta ahora el ente, con cautelas añadidas. También ha adelantado a productoras y proveedores que seguirá una política de austeridad por los ajustes presupuestarios a la que tendrán que adecuar sus ofertas y ha ampliado el espectro de éstos, reducidos a unas pocas compañías nacidas y crecidas al amparo de la hegemonía nacionalista en el ente durante décadas. Los actuales directivos piensan que esa política ha impedido crecer a otras en el sector y pretenden modificarla.

EITB afronta este plan en un contexto de cambio sin precedentes en el mundo de la televisión. El apagón analógico, la irrupción de los canales temáticos, como consideran sus directivos, suponen la mayor revolución en 50 años, mientras que las televisiones públicas afrontan, además, el mayor ataque de las privadas desde que nacieron.

Uno de los cambios más importantes, y rápidos, es la televisión por Internet, que permite verla en cualquier lugar y momento y además va permitiendo elegir en qué momento se ve qué. Así, EITB está abordando, como los medios de comunicación en general, la integración de su negocio, sus redacciones y de los procesos productivos. Los especialistas aconsejan, en general, expandir una nueva cultura más flexible de trabajo.

El plan define ocho objetivos fundamentales, cuatro de ellos considerados claves: ser líderes en información, alcanzar una posición competitiva con programas de referencia en el entretenimiento, el rediseño de la oferta en euskera y el liderazgo de la marca. El documento, de 42 páginas, establece también cuatro estrategias para lograrlos, que pasan por la implicación de las plantillas, la innovación, las sinergias de grupo y la tecnología y distribución. El plan estratégico recomienda "un punto más de audacia y apuesta por la cercanía, la inmediatez, la agilidad y la credibilidad y por la puesta en marcha, entre otras novedades, de equipos de investigación.