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El buen tiempo llena la Feria de Abril y frena la caída de ingresos

800.000 personas han visitado ya el recinto del Fórum

La Feria de Abril es una fiesta ciudadana, pero también un negocio al aire libre. Como tal, está sometida a los caprichos de la meteorología. Del buen clima depende, en parte, que el recinto del Fórum se abarrote y que los comerciantes recuperen lo invertido en el pago del alquiler y, de paso, ganen algo de dinero. Una cosa tienen clara: la época en la que hacían su agosto con la feria ha pasado a mejor vida. La crisis económica sólo ha acentuado esa tendencia.

Tras un inicio decepcionante -la primera noche de feria llegó tras la agotadora jornada de Sant Jordi y con amenaza de lluvia- la fiesta por excelencia de los andaluces en Cataluña se aferra al buen tiempo para salvar las cifras de asistencia. Según un portavoz de la Federación de Entidades Culturales Andaluzas en Cataluña (Fecac), que organiza el evento, más de 800.000 personas han pasado por el recinto del Fórum el primer fin de semana. Es una cifra que supera, ligeramente, la estimada el año pasado.

"El sábado por la noche fue espectacular, el recinto estaba abarrotado", subrayó el portavoz. Ayer por la mañana, la afluencia de visitantes a las casetas fue masiva, como demostró la concentración de pasajeros en torno a los puestos más cercanos al metro y tranvía. "No tenemos un duro, pero eso no nos va a impedir divertirnos. Si no podemos tomar dos copas, pues tomaremos sólo una", dice Mari Carmen Pérez, que lleva el pelo adornado con una flor pero no luce traje de faralaes: "Es que el mío se estropeó y ahora no tengo para comprar otro. El año que viene lo traeré, si Dios quiere".

La Fecac advirtió de que el consumo, tanto en las 68 casetas de las entidades como en las decenas de negocios de gastronomía, se iba a resentir por la crisis. Los augurios se han confirmado. "Mucho pasear, mirar y dar vueltas, pero poco consumir", resume Francisco Moreno mientras enseña un repertorio casi intacto de embutido ibérico. La moderación de los precios ha evitado el descalabro total. Los desmadres de las épocas de bonanza han quedado atrás y esta vez, en la 38 edición de la feria, se puede comer y beber sin tener la sensación de haber perdido un riñón.

Por lo demás, la fiesta sigue la estructura de otros años: familiar por la mañana, muy flamenca a media tarde -cuando las peñas se apoderan de la explanada- y festiva y juvenil de noche. No se han registrado, por cierto, incidentes de gravedad en el Fórum, fuertemente vigilado por mossos uniformados y de paisano.

La feria ha hallado este año la plasmación de su filosofía en un grupo de bailarinas aficionadas de Calafell que ha decidido fusionar las sevillanas y la sardana. Ayer, interpretaron por segunda vez en el Fórum, con castañuelas, Baixant de la font del gat. "Tiene mucha fuerza. La gente vibra y nosotras también", explica la creadora del grupo, Paqui Trujillo.

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MASSIMILIANO MINOCRI

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