Un adiós con fecha de regreso

Cercana ya la medianoche de ayer domingo, cayó el telón para la última de las funciones de la que, probablemente, haya sido la despedida más larga y anunciada: la de la bailaora Sara Baras. Su intención de dejar temporalmente los escenarios para alcanzar la maternidad viene ya de lejos y para este adiós ha elaborado un espectáculo, Esencia, que es una suerte de antología seleccionada de entre las nueve creaciones presentadas a lo largo de 12 años de compañía. Desde Sensaciones (1998) a Carmen (2007) pasando por las celebrados Juana la Loca (2000), Mariana Pineda (2002) o Sabores (2005), una docena de cuadros y bailes con los que expone los fundamentos de su manera de entender el baile y la coreografía. Un flamenco en el que convive la fuerza con la estilización formal y en el que brilla la potencia de los pies de la bailaora junto a la gracilidad de su figura o el vuelo de sus brazos.

'Esencia' es una síntesis de sus mejores momentos en 12 años de carrera

La artista, que cumplió ayer 39 años, deja el baile para ser madre

Con ese trabajo ha querido despedirse de todos los lugares donde se sabe querida, desde París (Théâtre des Champs Elyseés) o Londres (Royal Albert Hall) hasta Madrid, donde permaneció 20 días en el Teatro Calderón. Pero estaba más que claro que el último de los actos de este largo adiós tenía que ser en Cádiz, su ciudad natal de la que es Hija Predilecta, y en el Gran Teatro Falla, el mismo espacio al que llegó hace 12 años estrenando compañía propia. En el coliseo gaditano, la bailaora ha consumido las cinco últimas jornadas de esta fecunda etapa, llenando el teatro y echando cada noche el resto como si fuera la última ocasión.

No es, pues, casual que el último baile del espectáculo Esencia fuesen las alegrías que bailó vestida de rojo y entregándose a su público hasta gritar con rabia un "¡viva Cai!" ahogado por los aplausos. Ese baile, que casi como toda la obra, es la quintaesencia de su gramática bailaora, supuso el preludio de la larga despedida que vendría a continuación. Porque, como siempre, preparado estaba el número final de toda la compañía, y descontada la fiesta por bulerías en las que casi todas las noches ha estado presente la madre y primera maestra de la artista, Concha Baras. Pero, además de las pataítas por bulerías, en la última noche no podía faltar la sorpresa, el regalo de despedida o de cumpleaños, que la artista celebraba ayer mismo.

Ese regalo llegó de la mano de la periodista Mercedes Milá, que dio paso a una proyección en la que un amplio abanico de artistas y personas de los más diversos ámbitos dejaron su mensaje de despedida para la artista. El tenor Josep Carreras, con quien la artista creó espectáculo en 2006; los periodistas Luis del Olmo y Olga Viza, los cantantes Alejandro Sanz y Luz Casal -dos videoclips del postrer disco de esta ultima contaron con el baile de Sara y su compañero José Serrano-; el guitarrista Vicente Amigo, el cantaor Rancapino, el actor Luis Tosar, y el futbolista Raúl González, con quien la bailaora comparte fisioterapeuta y amistad. También hubo mensajes institucionales -alcalde de Madrid y alcaldesa de Cádiz- y, por supuesto, no faltó la familia: su madre, que en estos momentos le deseó que fuese "tan buena madre como hija", y su hermano mayor, Tano, quien cómicamente se desmaya ante la noticia de que va a tener a su hermana cerca durante dos años. El emotivo momento, con alguna que otra lágrima, se redondeó con todo el público entonando el cumpleaños feliz.

Dos años. Ese es el tiempo que la bailaora se da para volver al trabajo. El horizonte de 2012, con el bicentenario de las Cortes de Cádiz, es el momento que se plantea para el regreso. Incluso ha declarado que ya está reuniendo ideas para un nuevo trabajo que tenga que ver con dicha conmemoración.