Redibujar las políticas sociales
El envejecimiento obliga a reformar el modelo de protección
El notable incremento de la esperanza de vida y las reducidas tasas de natalidad están provocando la transformación demográfica de mayor calado social de las últimas décadas, lo que desemboca en un proceso estructural de profundo envejecimiento de la población. Este envejecimiento es de la mayor importancia como reto para el conjunto de las políticas públicas, ya que afecta transversalmente a cuantas vertientes podamos imaginar en lo económico, social y cultural.
Por ello resulta obligado efectuar un rediseño de todas las políticas, comenzando como capitales por las vinculadas al empleo y a la protección social.
Lo anterior constituye casi un lugar común, unánimemente admitido, pero que paradójicamente no se traslada con la seriedad y coherencia que ello exigiría a las medidas a adoptar.
EMPLEO Y PROTECCIÓN SOCIAL DE LOS TRABAJADORES DE EDAD AVANZADA. ANÁLISIS COMPARADO DE LA SITUACIÓN ACTUAL Y PROPUESTAS
DE FUTURO
Varios autores. Antonio V. Sempere Navarro y R. Yolanda Quintanilla Navarro (directores de la obra)
Edita: Consejo Económico y Social de España (CES)
ISBN 978-84-8188-314-5
La gran virtud del libro que se comenta reside en que presenta un diagnóstico completo de la materia, con amplia descripción de las medidas existentes en nuestro país, contextualizadas y con gran atención a tres influyentes países europeos.
En cuanto a España, la obra muestra la red tan compleja de regulaciones sobre el asunto, tanto en lo que afecta al mercado de trabajo como a la influencia que sobre éste tiene todo el sistema de protección social. Eso sí, se aprecia cómo el cúmulo de políticas resultan cuando menos contradictorias, sin que respondan a grandes objetivos en el medio plazo.
A mi juicio, el nudo gordiano del problema se encuentra en que aún estamos en una fase de transición, donde nuestra cultura política aún no sabe si quiere realmente apostar, como recomienda la Unión Europea (UE), por un modelo de envejecimiento activo, que se valore como muy positivamente desde todos los puntos de vista, el mantenimiento en el mercado de trabajo de las personas de edad avanzada y un proceso flexible hacia la vida inactiva.
Sorprendentemente seguimos con reglas que van en contra de tal objetivo y que, con todo fundamento, la referida investigación aconseja corregir: eliminar los sistemas de jubilación obligatoria, evitar que los regímenes de desempleo se conviertan en un sucedáneo de jubilaciones anticipadas, restringir severamente los generosos sistemas de jubilación anticipada, atajar la utilización perversa de la jubilación parcial y, en general, la utilización de la expulsión del trabajo de los mayores como forma "pacífica" de regulación de empleo.
Más aún, si realmente estamos convencidos de que hay que transformar cualitativamente la situación de los trabajadores de edad avanzada, no se trata sólo de eliminar las reglas instigadoras de la expulsión, sino que hay que readaptar en positivo el conjunto del sistema para fomentar seriamente un proceso de envejecimiento activo.
Ello requiere incidir sobre las políticas de empleo, pero especialmente sobre las estrategias de gestión empresarial, sobre el cuadro de regulación del contrato de trabajo (jornada y salario) y singularmente sobre una concepción muy diversa de la formación profesional a lo largo de toda la vida, que programe efectivas transiciones profesionales de los trabajadores, con un cambio cultural que nos haga conscientes de que deben ir cambiando de actividades al final del ciclo laboral.
En suma, hay que felicitar al Consejo Económico y Social por haber tenido la lucidez de seleccionar como uno de los retos clave todo lo relacionado con el impacto del envejecimiento de la población sobre nuestra estructura económica y social.
Jesús Cruz Villalón es catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de Sevilla.
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