Clegg lucha contra la prensa 'tory'
Los liberales acusan a los conservadores de instigar una sucia campaña mediática - Los tibios datos de crecimiento ponen la economía en el centro del debate electoral
La campaña electoral británica entró ayer en aguas turbulentas con acusaciones cruzadas entre los partidos. Los liberales-demócratas acusaron a los conservadores de haber instigado una campaña mediática coordinada para atacar a su líder, Nick Clegg, horas antes del crucial debate electoral del jueves. Y los tories atacaron a los laboristas por unos folletos con "mentiras" sobre su política de subsidios a los pensionistas. Al margen de esos rifirrafes, la economía volvió al centro del debate electoral de la mano de unos datos de crecimiento peores de lo esperado.
El lunes, el coordinador de la campaña tory y aspirante a ministro del Tesoro, George Osborne, se reunió con varios directores de periódicos afines.
El jefe de campaña 'tory' se ha reunido con los directores de los periódicos afines
'The Sun', que apoyó a Blair entre 1997 y 2005, ha optado por los conservadores
El PIB creció un 0,2% entre enero y marzo, menos de lo previsto por los expertos
Los laboristas dicen en un panfleto que Cameron perjudicará a los pensionistas
El jueves, tres de ellos, The Sun, The Daily Telegraph y The Daily Mail, abrieron sus ediciones con ataques brutales a Clegg. "George Osborne tiene que aclarar si él está personalmente implicado en esta negativa campaña mediática de calumnias, que se está volviendo espectacularmente contra ellos", declaró Danny Alexander, el coordinador de la campaña liberal.
"Las elecciones se mueven ahora entre la esperanza y el miedo y los intereses creados están asustando a la gente que tiene la posibilidad de elegir por sí misma lo que quiere", añadió.
Esta misma semana, David Yelland, director de The Sun entre 1998 y 2003, publicó un revelador artículo en The Guardian en el que explica cómo si el Partido Conservador no consigue el poder en las elecciones del 6 de mayo, "será la primera vez en décadas en que Murdoch se quedará aislado en la política británica". Rupert Murdoch, propietario del Sun, The Times y la cadena Sky, está apoyando desde hace meses a David Cameron desde el Sun.
Yelland explica cómo el Sun, también cuando él era director, ignoró sistemáticamente a los liberales-demócratas salvo que hubiera noticias negativas. Él mismo nunca conoció entonces a ningún líder liberal y sus periodistas ni siquiera cubrían el congreso de ese partido. Sobre todo porque no tenían ninguna posibilidad de llegar al poder.
El diario The Independent aseguraba ayer que The Sun decidió no publicar una encuesta encargada por el propio diario a YouGov y que concluía que los liberales-demócratas obtendrían el 49% de los votos si los británicos pensaran que podían ganar las elecciones. Sólo el 25% preferirían a los conservadores y un 19% a los laboristas.
La prensa británica tiene una larga tradición de pedir el voto en favor de un partido u otro. The Sun, que apoyó al Nuevo Laborismo de Tony Blair entre 1997 y 2005, ya se ha pronunciado por Cameron. The Guardian organizó ayer un debate interno para decidir a quién apoyar. Desde 1945, The Telegraph siempre ha votado tory.
La primera encuesta fiable de intención de voto tras el debate del jueves, realizada por YouGov para el Sun, colocaba ayer a los conservadores en cabeza (34%), seguidos de laboristas (29%) y liberales (29%).
Pero el debate electoral se trasladó ayer desde la resaca matinal del debate del jueves por la noche a la economía. El PIB británico creció un 0,2% entre enero y marzo, la mitad de lo que esperaban los expertos. Gordon Brown quiso ver el vaso medio lleno: se confirma la recuperación, pero esta es frágil y hay riesgo de que haya marcha atrás. Un análisis que consolida su posición electoral de que no ha llegado aún el momento de retirar los estímulos y hay que dejar el ajuste fiscal para el año que viene.
El liberal-demócrata Vince Cable, siguiendo ese pacto no escrito de que laboristas y liberales apenas se muerden en esta campaña, alertó también del peligro de marcha atrás en la recuperación y criticó las propuestas económicas de los conservadores.
Estos, por supuesto, vieron el vaso medio vacío: "Es un dato decepcionante, por debajo de las expectativas, que demuestra que las políticas económicas de Gordon Brown no funcionan", declaró George Osborne. "Lo que Gran Bretaña necesita ahora no es ni un impuesto que grava el empleo y va a matar la recuperación ni un Parlamento sin mayoría que llevaría nuestra economía a la parálisis".
Los conservadores atacaron también a los laboristas por unos folletos repartidos en algunos municipios, en el marco de la campaña de las elecciones locales, en los que denuncian recortes en los subsidios para los ancianos. Los tories dicen que eso es mentira y los laboristas han dado una parcial marcha atrás al decir que en su momento esas acusaciones eran ciertas, pero que los conservadores han cambiado su política después de hacer público su programa electoral.
Gordon Brown y David Cameron se enzarzaron sobre este tema durante el debate electoral del jueves por la noche. El primer ministro negó ayer que hubiera dado su visto bueno personal a esos folletos y calificó de "ataque de pánico" la reacción del líder conservador.
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