Los mercados minimizan los problemas
Los mercados de valores aún no se han recuperado de la sorpresa de la acusación de la SEC, el supervisor estadounidense, a Goldman Sachs y, sobre todo, todavía desconocen sus consecuencias, aunque ya existen cálculos sobre el posible impacto para el beneficio y las acciones del banco.
La incertidumbre es grande y ésta nunca ha sido un aliciente para la Bolsa, con lo que las cotizaciones han registrado importantes altibajos según el tono y la extensión de los comentarios. El Ibex 35 abrió la jornada con un descenso del 1,26%, hasta los 11.118,20 puntos, pero en media hora consiguió superar el nivel del cierre del viernes, con 11.264,10 puntos.
Los causantes de esos bandazos eran Iberia y los valores bancarios, que sumaron problemas aunque tuvieran causas muy diferentes. La tranquilidad en el resto del mercado y la corrección de las primeras y más pesimistas estimaciones sobre los sectores de aviación y bancario permitieron devolver el equilibrio al Ibex 35, aunque el resto de la jornada lo pasó en terreno negativo para cerrar en 11.199,50 puntos, con un descenso del 0,53%.
El resto de las plazas europeas mantenía recortes similares y ni siquiera las pequeñas subidas de la Bolsa de Nueva York en el momento del cierre de los mercados de Europa consiguieron enderezar el rumbo.
La Bolsa de Nueva York pareció considerar suficiente respuesta al problema de Goldman Sachs la caída del pasado viernes, aunque se mantienen las dudas sobre si la investigación de la SEC alcanzará a más entidades. Los resultados trimestrales publicados por Citigroup y los indicadores adelantados de marzo hicieron que los inversores olvidaran aquellos problemas, al menos durante unas horas. La fuerte subida de la cesta de índices que sirve para anticipar la evolución de la economía se une a la lista de datos que apuntan hacia un repunte de la actividad, aunque se mantienen las dudas sobre el consumo y el empleo, dos pilares básicos de la economía estadounidense.
Mientras tanto, la Bolsa española se deja llevar por la inercia general, incluso si las compañías aéreas cotizadas apenas se han visto afectadas por la suspensión de vuelos y si el sector bancario es ajeno a los problemas con las hipotecas subprime. La debilidad, todavía, de la economía española impone ese peaje.
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