Híbrido deportivo

Es el primer híbrido deportivo del mercado. A diferencia de los Toyota Prius y Honda Insight, que buscan el mínimo consumo y están pensados para un uso familiar, el nuevo CR-Z se dirige al público juvenil y trata de compatibilizar eficiencia, prestaciones y disfrute al volante. Es un cupé de 4,1 metros y planteamiento GTi, que combina el bajo consumo de los híbridos con un enfoque más lúdico y dinámico. Circula con agilidad, incluye cambio manual de seis marchas y aporta prestaciones elevadas: acelera de 0 a 100 km/h en 9,9 segundos y alcanza 200 km/h. Pero tiene un consumo más moderado de lo que se espera: cinco litros de media. Emite 117 g/km de CO2, no paga Impuesto de Matriculación y ya se vende desde 21.900 euros.

El CR-Z recuerda al CR-X de los años ochenta y presenta una línea baja y afilada de estilo deportivo. El interior muestra un salpicadero de corte futurista y una configuración de 2+2 plazas, aunque las traseras son prácticamente inutilizables. El maletero tiene 225 litros y llega a 400 al abatir los asientos posteriores.

La mecánica reúne un motor 1.5 gasolina de 114 CV y otro eléctrico de 14 CV que suman 124 CV, porque no rinden la potencia máxima a la vez. Acelera con cierta contundencia y tiene un comportamiento eficaz y divertido, con unos ejes de ruedas anchos que mejoran el agarre y un peso contenido (1.147 kilos) que favorece la agilidad. Además, permite elegir entre tres modos de conducción diferentes: Econ o bajo consumo, Normal y Sport, que acentúa la deportividad y permite sacar todo el jugo al CR-Z. El equipo de serie es bastante completo e incluye ESP, seis airbags, aire, radio CD/MP3, ordenador, llantas de aleación y puerto USB. El acabado GT (23.400 euros) suma sensores de lluvia, luces y aparcamiento, faros de xenón y bluetooth, y el GT Plus (25.200), tapicería de cuero y techo solar.