Ferrari juega con fuego
Fernando Alonso rompe su segundo motor y ya sólo dispone de seis para disputar las 16 carreras restantes del campeonato sin ser penalizado
Toda la tranquilidad que el jueves aseguraba tener Fernando Alonso y el departamento de carreras de Ferrari tras su abandono en Malaisia saltó por los aires ayer por la mañana. Faltaban 40 minutos para que terminara la primera sesión de ensayos libres del Gran Premio de China de fórmula 1, en Shanghai, cuando los escapes de su Ferrari, que ni siquiera había podido completar siete vueltas al circuito, comenzaron a escupir llamas y una humareda blanca idéntica a la que hace dos semanas delató la rotura del motor que sufrió el coche del piloto español en la penúltima vuelta en Sepang mientras luchaba con el británico Jenson Button (Mc Laren) por la octava posición.
La cuenta de la vieja que Alonso hizo anteayer para tratar de restar dramatismo a los problemas que su equipo arrastra en el motor del F10 desde principios de curso perdió su valor sólo un día después, por más que al asturiano no le importara caer en una contradicción para tratar de refrendarla: "No estamos preocupados. Vamos a seguir con el plan de motores inicial. Si se rompe otro, y cruzamos los dedos para que no ocurra, entonces sí que las cosas se apretarán un poco más", dijo el jueves. Pues bien, sólo unas horas más tarde otro de sus propulsores reventó, pero él no cambió el discurso lo más mínimo.
"Tengo cero preocupaciones", asegura el español tras el incidente
"Los motores de las carreras nunca tendrán más de mil kilómetros"
"Uno nunca quiere romper un motor porque no es algo bueno. Pero, como ya dije, tenemos cero preocupaciones", arrancó ayer Alonso al terminar la primera jornada de entrenamientos. "El que se ha roto era el que cambiamos justamente antes de la carrera de Bahréin porque se calentó demasiado. Entonces ya vimos que se estaba muriendo. Así que no es que estuviera previsto, pero sabíamos que iba a pasar tarde o temprano. Lo único que sucede es que, a partir de ahora, los motores de los viernes tendrán más kilómetros. Los que empleemos en las carreras estarán frescos. Nunca tendrán más de mil", explicó.
De cualquier forma, ni siquiera se han disputado las cuatro primeras citas del Mundial y Alonso ya ha utilizado tres de los ocho propulsores que cada piloto puede emplear como máximo a lo largo de la temporada sin ser penalizado. De ellos, dos han acabado hechos pedazos. Algo que no le ha ocurrido al brasileño Felipe Massa, su compañero en Ferrari, que los conserva todos. Quien se exceda del cupo establecido por la Federación Internacional del Automóvil (FIA) recibirá una sanción de 10 puestos atrás en la parrilla de salida del siguiente gran premio, y así sucesivamente.
Desde Ferrari pueden tratar de hacer creer que están tranquilísimos, pero es evidente que, a este ritmo de averías, parece difícil que el ovetense pueda terminar el Mundial sin ser penalizado. De hecho, el máximo responsable de la marca de Il Cavallino Rampante en las carreras ya reconoció en Malaisia, de donde se fue con tres motores inservibles (el de Alonso y los dos Sauber), que había que ponerse las pilas. "Sí, tenemos un problema de fiabilidad. Si queremos aspirar a ser campeones, deberemos resolverlo cuanto antes", dijo Stefano Domenicali, su director.
El propulsor que ardió ayer era el mismo que Alonso usó en Bahréin el viernes y el sábado. Ese domingo, antes de la carrera, los técnicos de la Scuderia decidieron sustituirlo por uno nuevo y lo mismo hicieron con el bólido de Massa. En la segunda cita, en Australia, Alonso estrenó el tercero, que es el que reventó hace dos semanas en Malaisia. Para la clasificación de hoy (8.00, La Sexta y TV3) y para la carrera de mañana, su Ferrari tampoco equipará uno nuevo.
"El que he puesto ahora lo llevaré también en Barcelona [dentro de tres semanas] y puede que en Mónaco [el 16 de mayo]", recalcó Alonso, que cada vez tiene menos margen de maniobra para repartir los cinco motores -en total, le quedan seis- que aún no ha estrenado en los 16 grandes premios que restan hasta la conclusión del Mundial, en noviembre en Abu Dabi.
Las cuentas de la 'Scuderia'
Ayer fue día de cuentas. El principal objetivo era tratar de averiguar si Fernando Alonso podrá llegar al final del Mundial sin emplear más de ocho motores, el tope de la FIA para no penalizar a los pilotos. Alonso mantiene que los propulsores reservados para las carreras "nunca tendrán más de mil kilómetros". Esto supone que, como mucho, podrán utilizarse durante dos pruebas, considerando que entre el sábado y el domingo no recorran más de 500. Si el español cuenta con cinco motores nuevos y uno usado, eso significa que tiene para 11 pruebas más como máximo. Eso le dejaría sin motor para el Gran Premio de Singapur, cuando aún faltarían cinco por disputarse.
En Ferrari son más optimistas. "Un motor puede estirarse perfectamente tres carreras. Estamos en el límite. No tenemos margen, pero no hay motivo para alarmarse", dijo ayer una fuente del equipo.
Las medidas de la FIA para reducir costes afectaron a los propulsores, cuyo desarrollo quedó congelado, salvo que se logre convencer a la federación de que el objetivo de las modificaciones es ganar fiabilidad o reducir costes y siempre que no gane prestaciones. Es lo que ha hecho Renault. "Ferrari se reserva la opción de pedir a la FIA que nos permita abrirlo para tratar de aumentar su fiabilidad", reconocieron desde la
Scuderia.
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