"Querido Emilio, Rato, José Luis, Esperanza... Con afecto y con un gran abrazo"
En el duro interrogatorio que sufrió ayer durante casi cinco horas Baltasar Garzón en el Tribunal Supremo hubo pasajes para las confesiones personales y para la revelación de cartas privadas. El instructor del Supremo inquiere al juez de la Audiencia para que explique "expresiones de afecto que se recogen en alguna de las cartas por él dirigidas al señor Botín", presidente del Banco de Santander, que financió el curso en Nueva York que dirigió Garzón. El juez aclara que es su "forma habitual de expresarse, no sabe si acertada o desacertada, pero por lo que está viendo le parece que ha sido mal interpretada".
Garzón, visto el interés, propone aportar, para avalar esa opinión sobre su modo normal de dirigirse a otras personalidades a las que invitó al curso, las copias de otras comunicaciones. Son cartas que envió, por ejemplo, a Rodrigo Rato, entonces director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), con la locución "Querido Rodrigo" y que termina también, como la que remitió en su día a Emilio Botín, con "un abrazo". O la que trasladó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con idéntico formato. O las otras "comunicaciones epistolares" similares que dirigió a los ministros de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, o de Justicia, Juan Fernando López Aguilar. También las que envió al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, o a la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, ambos del PP. A todos ellos, y también a Mariano Rajoy y a Felipe González, se dirigía con las expresiones "querido..." y "un gran abrazo". El fiscal y las partes reclaman esos documentos y así se trasladan.
Las relaciones con Botín
El juez se interesa por su relación histórica con Botín, antes del patrocinio y después, y Garzón admite que pudo haber coincidido con el banquero dos o tres veces en presencia de otras personas, pero sin precisar con motivo de qué. Y asegura que no le une ninguna relación especial, "ni antes ni ahora ni después".
El juez reitera varias veces, en esta línea, su interés por conocer qué tipo de relaciones mantuvo Garzón, directa o indirectamente con el banco.
El propio Emilio Botín ha tenido que aclarar, sobre la aportación de su banco con 300.000 dólares a la Universidad de Nueva York, que ese tipo de operaciones las hace normalmente. Botín precisó que el Santander ha firmado convenios similares con clientes de ese tipo en 842 ocasiones.
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