El Valencia paga su falta de tensión
El cuadro de Emery, muy desajustado, cae ante un Mallorca con muchas ocasiones
Un Valencia sin tensión en la primera parte reaccionó en parte en la segunda con un par de arreones, insuficientes para batir a un Mallorca con muchísima llegada al área de César, que fue el mejor de su equipo y evitó la goleada. Un actuación calamitosa de toda la defenssa y en especial de Fernandes dilapidaron los dos goles valencianistas: Jordi Alba y Pablo. El conjunto de Manzano confirmó ayer sus aspiraciones europeas imponiéndose en un partido alocado y bonito, repleto de ocasiones y tenso hasta el último suspiro.
Emery resolvió dar descanso a Silva, desfondado por el partido de Liga Europa ante el Atlético, y Villa, que llegaba con molestias en el muslo izquierdo. Sin locomotora que le condujera hasta el área rival, el Valencia descarriló irremediablemente frente a un Mallorca que no concede favores en casa.
MALLORCA 3 - VALENCIA 2
Mallorca: Aouate; Mattioni, Rubén, Nunes, Ayoze; Varela (Josemi, m. 88), Martí, Borja Valero, Castro; Webó (M. Suárez, m. 76) y Aduriz (Víctor, m. 91). No utilizados: Lux; Pezzolano, Keita.
Valencia: César; Alexis, Maduro (Albelda, m. 24), Navarro, Alba; Banega (Silva, m. 72), Fernandes; Pablo, Domínguez (Vicente, m. 58), Mata y Zigic. No utilizados: Moyà; Albelda, Baraja, Joaquín, Villa.
Árbitro: Rubinos. Amonestó a Maduro, Pablo, Varela, Alexis, Ayoze y Valero y expulsó (m. 89) por doble amonestación a Fernandes.
Goles: 1-0. M. 6. Castro. 2-0. M. 21. Webó. 2-1. M. 46. Alba. 3-1. M. 62. Fernandes, en propia puerta. 3-2. M. 85. Pablo.
13.238 espectadores en el Ono Estadi.
Cuando el partido todavía estaba en el prólogo, Gonzalo Castro aprovechó el espacio facilitado por Alexis para cabalgar hasta la frontal y descargar un disparo seco que César no alcanzó a despejar. El gol tempranero, una de las suertes que mejor domina el conjunto balear, planteó un escenario más que peliagudo para el Valencia, que no fue capaz de hallar el rumbo hasta después del descanso. Durante la primera mitad, el Valencia fue un muñeco en manos del Mallorca. La pareja de pivotes formada por Banega y Fernandes se limitó a ver pasar la pelota mientras Martí imponía su carrocería y Borja Valero se hinchaba a recuperar balones y repartirlos hacia arriba. En una de ésas, Castro envió un pase al área pequeña y Webó lo puso en la red como más le gusta: de cabeza, en plancha y casi a ras de suelo.
Emery borró su pizarra inicial y diseñó una defensa de emergencia, ahora con tres centrales: Alexis, Navarro y Fernandes, a quien retrasó para dar entrada a Albelda. El Valencia era un barullo: pagaba cada balón perdido con una llegada a portería y se mostraba horizontal y previsible en la construcción del juego. Se pasó casi 45 minutos sin asomarse al balcón del Mallorca y sólo despertó en la segunda parte, que arrancó con los dos equipos atolondrados.
Tres veces se plantó Webó solo ante César, y tres veces ganó la partida el guardameta. Y en uno de los contragolpes, prácticamente en la primera ocasión clara del Valencia, Jordi Alba apareció desde atrás para recibir de Zigic y superar a Aouate. El partido entró en su fase decisiva, con un Valencia que súbitamente comenzó a creer en la remontada y un Mallorca que avizoraba la posibilidad de dejar escapar los tres puntos. Hasta que Fernandes, reconvertido como central, culminó su desafortunada noche con un espectacular gol en propia puerta. Otra vez el uruguayo Castro trazó el pase desde la izquierda y, en un contundente intento de despeje, el portugués remató a bocajarro contra la red de César.
En ese toma y daca pescó el Valencia el segundo gol a cinco minutos del desenlace, con una internada de Pablo por la derecha. Entonces fue expulsado Fernandes por un pechazo a Aduriz y quedó abortada la remontadavalencianista.
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