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La 'amatxu' le acompañará hasta Valladolid

La eucaristía empezaba a las 12.00, pero varias horas antes ya había bilbaínos sentados en los bancos de la Catedral de Santiago. Querían coger un buen sitio para poder seguir la ceremonia con comodidad. Poco antes de que comenzase la misa, el obispo Ricardo Blázquez entró por un lateral del templo y le costó volver a salir. Un grupo de ciudadanos le cogieron las manos y le abrazaron. Querían felicitarle por su ascenso a arzobispo, pero también expresar la "pena" que les causa su adiós. "Ha demostrado ser un buen obispo y lamento mucho que nos deje. Con su actuación ha cerrado muchas bocas en estos años", incidía María Jesús Arrate muy emocionada.

Un aurresku de honor en la entrada de la Catedral precedió la multitudinaria eucaristía, que duró cerca de hora y media. Una representación del Ayuntamiento de Bilbao, encabezada por su alcalde, Iñaki Azkuna, fue la única presencia institucional.

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El primer edil elogió a Blázquez, si bien reconoció que su partido, el PNV, le recibió en su día "con recelo". Azkuna destacó su faceta humana y alabó que el prelado siempre se mostrase "receptivo" a colaborar para hallar una solución a los problemas de los bilbaínos. "Es un amigo, un gran hombre y vengo a despedirle como persona y como obispo. Se va por la puerta grande. Ha sido un gran señor y ha sido una excelente persona en momentos delicados", remachó el alcalde.

Tras la lectura de la homilía, el público estalló en una larga y calurosa salva de aplausos y se puso en pie. Poco antes de finalizar el acto, Xabier Arana, organista de la basílica de Durango, dedicó, en representación de los fieles laicos, unas emotivas palabras al prelado. Además de agradecer a Blázquez el "detalle" de potenciar el uso del euskera en las misas, Arana alabó el saber escuchar del obispo y pidió otro aplauso para él.

El obispo auxiliar, Mario Iceta, elogió la "entrega abnegada" de Blázquez. Su posible sucesor le regaló, en nombre de toda la diócesis, una imagen plateada de la Virgen de Begoña, que Blázquez se llevará a su nuevo destino en Valladolid. Precisamente, el obispo se despedirá definitivamente este mediodía en la basílica de la amatxu "por devoción personal".

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Otro largo aplauso y las lágrimas de algunos asistentes marcaron la salida de Blázquez del templo entre múltiples muestras de afecto.

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