La emoción de una voz
Cecilia Bartoli atribuye el éxito de su último disco al "sentimiento" que transmite la música de los 'castrati' - Hoy actúa en el Arriaga
La mezzosoprano Cecilia Bartoli dejó el pasado jueves boquiabierto al público que asistió al concierto que ofreció en el Kursaal de San Sebastián, con el que abrió la segunda parte de la gira en la que presenta su último disco, Sacrificium. Ayer, reflexionó sobre los factores que le han permitido popularizar la música clásica, hasta el punto de competir con los mayores éxitos del pop con su último trabajo, en el que interpreta arias escritas en el siglo XVIII para voces de castrati, cantantes castrados de niños para conservar una voz aguda.
El secreto de su éxito tiene su origen, apuntó en una rueda de prensa en San Sebastián, en la expresividad y la emoción que transmite esa música. "Los castrati fueron cantantes maravillosos por la técnica, pero sólo podían ser famosos si cantaban con mucho sentimiento", explicaba la mezzo italiana, quien hoy ofrecerá un recital en el Teatro Arriaga de Bilbao.
"Soy la primera cantante que denuncia la historia cruel de estos artistas"
De 3.000 a 4.000 niños eran castrados en el Nápoles del XVIII para que cantasen
La de los castrati era en su época música popular. "Si esta música hablaba a la gente en el siglo XVIII, ¿por qué no puede hablar a la gente de hoy? Los seres humanos necesitamos emoción y esta música va directa al corazón, habla del amor, el odio, la tragedia,..."
Con todo, Bartoli dejó bien claro que con este disco también quiere criticar "la historia real de pobreza y sacrificio" que se esconde tras el virtuosismo de esos cantantes, entre los que destacaron figuras como Farinelli o Caffarelli. "Soy la primera [cantante] en contar esto como un hecho histórico cruel", aseguró.
La artista recordó que, en Nápoles, en el siglo XVIII "se sacrificaban de 3.000 a 4.000 niños con la castración para tener la posibilidad de salir de la pobreza". "Los castrati eran los cantantes pop de la época y podían ganar muchísimo dinero, pero de todos ellos, al final sólo dos o tres podían hacer la gran carrera. El resto eran sacrificados por nada. Su única forma de sobrevivir era cantar en el coro o la prostitución", recalcó.
Sus investigaciones le han llevado a descubrir que durante 20 años las mujeres tuvieron prohibido cantar en el teatro. Una vez levantado el veto, comenzaron a sustituir a los castrati cuando estos enfermaban.
La mezzosoprano reconoció que para una mujer resulta difícil cantar este repertorio, porque los castrati eran hombres, "con capacidad de oxígeno, fuerza... Es un desafío increíble, pero vale la pena". Y reconoció entre risas que su capacidad respiratoria para meterse en estas voces tan complicadas se la debe "a un diafragma" poco común, "de una cantante que practica".
Bartoli aseguró que San Sebastián tiene "una energía increíble". "Empezar aquí [la gira] me da fuerza", comentó la cantante, quien el próximo día 20 actuará en Vitoria y después en Pamplona, Oviedo, Santiago de Compostela y Valladolid.
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