En La Habana, mañana

Pueden encontrarse en algún territorio mental común dos relevantes personalidades cubanas con puntos de vista diametralmente antagónicos sobre el régimen castrista? Es harto improbable, pero si por algo se empieza habrá que dar la bienvenida al incipiente intercambio epistolar entre el cantante Silvio Rodríguez, un fan de los Castro, y el escritor exiliado Carlos Alberto Montaner, en la lista negra de terroristas/agentes del imperialismo de La Habana. Rodríguez ha puesto a lo largo de muchos años banda sonora a la revolución -además de a los sentimientos de millones de personas en todo el mundo-, ha sido diputado del régimen comunista y dirige su propia discográfica en Cuba. Montaner escapó de la cárcel y de su país y se dedica a combatir a quienes mandan en él.

En lo que vamos conociendo de esta correspondencia, iniciada accidentalmente hace unos días, ninguno de los dos personajes abandona un ápice sus posiciones militantes, aunque Rodríguez utiliza con mayor profusión los lugares comunes del catecismo castrista. Tanto uno desde La Habana como el otro desde Madrid desgranan concienzudamente el catálogo oficial de agravios acrisolado durante años por ambos bandos.

Este inventario del pasado tendría a la postre un muy escaso interés, salvo para coleccionistas de citas, si no fuera porque se enuncia cuando la eterna y declinante dictadura cubana, asediada por fin desde los cuarteles democráticos por su fanática represión de la disidencia, pugna por ofrecer al mundo una cara digerible de su ejecutoria. Pero, sobre todo, el crédito que se pueda abrir a tan insólito epistolario deriva de que sus autores, Rodríguez y Montaner, no descartan del todo un eventual encuentro futuro en un "claro de la historia". Ojalá, como reza una de sus sublimes canciones.

Si mañana es la alentadora palabra, no queda sino congratularse por el hecho de que Silvio, un icono de la revolución, se diga ya hoy partidario de amnistiar a los presos políticos;

y de que "todos tengamos derecho a la información... y a comentar lo que sea, sin limitaciones".

Más vale tarde.