Ferguson pierde el balón

Caprichoso como es el balón, el Manchester United lo ha perdido de repente y es como si hubiese perdido el alma. Le sucedió en Múnich, donde el Bayern le remontó en los últimos minutos: 2-1; y, el pasado sábado, ante el Chelsea en Old Trafford: 1-2, la séptima derrota liguera del conjunto de Alex Ferguson.

Ha coincidido con la lesión de Rooney -se torció el tobillo en el descuento del choque en el Allianz Arena-, cuyos 34 goles en las distintas competiciones han tapado muchas carencias. Detrás del ariete inglés, un páramo: Berbatov sólo suma 12 goles, el lesionado Owen, nueve, y el fiable Scholes, seis. Salvo sorpresa, Rooney estará esta noche en la grada.

El Manchester necesita ganar hoy, pero los antecedentes no le favorecen. Sólo ha logrado una victoria de ocho sobre el gigante bávaro: la remontada en la final de Champions de 1999 en Barcelona. "El United es más fácil de ganar esta temporada por tres razones: se están volviendo viejos, son menos resistentes y muy simple: ya no son tan buenos", analiza Alan Hansen, ex del Liverpool, en el Daily Telegraph.

Famoso durante años por su ambición, el ataque de conservadurismo de Ferguson en Europa -un solo delantero y la titularidad del correoso Park- se le volvió en su contra en los últimos minutos ante el Bayern, que remontó más por insistencia que por claridad de ideas. La baja de Rooney será cubierta hoy por Berbatov, el búlgaro melancólico que nunca fue lo que se esperaba tras ficharlo del Tottenham por 38 millones de euros en 2008. Era una época de opulencia en el United, en contraste con la descomunal deuda actual (más de 700 millones de euros) propiciada por los dueños estadounidenses -los hermanos Glazer-, tan odiados por la afición del United. El club paga 70 millones anuales de intereses. Y de los 83 millones por la venta de Ronaldo al Madrid, sólo gastó 25 en los fichajes del ecuatoriano Valencia y del francés Obertan.

A contrario que en la ida, todo son buenas noticias para el Bayern. Ha recuperado el liderato en la Liga alemana tras vencer al Schalke (1-2); vuelve Robben tras superar una lesión muscular; y pisa fuerte Ribèry, por fin visible en el cuadro de Van Gaal después de varios meses en la sombra.