Plan de ahorro energético

En EL PAÍS leí la noticia, el día 21/03/2010, referida al anuncio -dado en Sevilla por el señor presidente del Gobierno- de un plan de ahorro energético que, aplicado a 2.000 edificios públicos, produciría un ahorro del 20% del consumo anual de energía de esos edificios, ahorro que el mismo señor presidente valoraba en 3.000 millones de euros.

Si 3.000 millones es el 20% de algo, significa que ese algo son 15.000 millones. O sea, que esos 2.000 edificios públicos estaban y están consumiendo 15.000 millones anuales de euros energéticos, es decir, sólo 2,5 billones de las añoradas pesetas (1.250 millones de pesetas por edificio y año). Supongo que alguien más, aparte de mí, habrá caído en la cuenta de lo absurdo de esas cifras. Pero ni siquiera la inefable oposición se ha quedado con los ojos como platos al conocer este anuncio-noticia, ni se ha rasgado sus vestiduras gürtellinas, gritando aquello de "¡Blasfemado ha!: ¿para qué queremos más?". Por ejemplo, doña Rita (¿es necesario el apellido?) se apresuró a decir que ella ya había propuesto algo mejor, pero que "se lo habían vetado". ¡Qué lástima!, porque entre el plan del señor presidente y el prohibido a la señora alcaldesa se resolvían, de sobra, los problemas económicos de la España en un plis-plas y, además, nos forraríamos patentando estas imaginativas soluciones.

Porque lo que nos falta es imaginación. Imaginación para sacar adjetivos aplicables a muchos de nuestros políticos.