Daphne Park, "reina de los espías" británicos
La apodada "reina de los espías" británicos se parecía más a Miss Marple que a Mata-Hari. Así lo han recordado los británicos a raíz de la muerte de Daphne Park, protagonista de tres décadas de carrera a las órdenes de los servicios de inteligencia de su majestad (SIS), y cuya identidad era desvelada en una emisión televisiva de 1993: lejos de la imagen jamesbondiana, explicó entonces que su bebida favorita no era el dry martini, sino el té Earl Grey, aunque "agitado y no revuelto" como a 007.
Armada de ese sentido del humor tan británico y motivada por el ansia de aventuras, Park -quien falleció el pasado 24 de marzo a los 88 años- fue una de las primeras mujeres implicadas en operaciones de campo bajo el mando del SIS. Destacada por los servicios de inteligencia en puestos sensibles como el Congo, Hanoi y Moscú, combinó las labores supuestamente diplomáticas con el trabajo clandestino, por ejemplo, extrayendo información en plena jungla africana o quemando documentos secretos para luego esconder las cenizas en los zapatos.
Integrante de una generación de mujeres que, a raíz de la II Guerra Mundial, tuvieron la oportunidad de alcanzar puestos que antes se les negaba, Daphne Park nació en Surrey en 1921, aunque se crió en África a causa del trabajo de su padre como oficial de inteligencia.
Trabajos más tranquilos
Después de fichar por el SIS, despreciando otras labores más tranquilas y mejor remuneradas en el Tesoro británico y el Foreign Office, fue enviada a Viena (1946), tras la pista de científicos centroeuropeos desaparecidos detrás del telón de acero. Regresó a Inglaterra para estudiar ruso en Cambridge, un esfuerzo recompensado con su designación como segunda secretaria de la Embajada en Moscú, en 1954.
Cinco años más tarde, recalaba en el Congo a los pocos meses de que se proclamara la independencia. Su trabajo consistía en confraternizar con la futura clase dirigente, reacia a las potencias coloniales: cuando Patrice Lumumba tomó las riendas del país, la espía ya había entablado una relación tanto con él como con la mitad de los miembros del nuevo Gabinete.
A su paso por otro puesto africano, Zambia, siguió una época de cónsul general en Hanoi, coincidiendo con la muerte de Ho Chi Minh en 1969. Broche de oro de su carrera fue el nombramiento como directora del MI6 (Servicio de Inteligencia Exterior) para el hemisferio occidental, el puesto más alto conseguido por una mujer hasta ese momento.
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