Lunes al sol en Arganda
Es el municipio en el que más ha crecido el paro dentro del grupo de localidades con más de 50.000 habitantes de la región
Miércoles. Mediodía. Daniel Medina Gómez está sentado en uno de los bancos del parque de los Patos, en Arganda del Rey. Tiene 20 años y no tiene trabajo desde enero de 2009, cuando lo despidieron junto a otras 169 personas de una fábrica de cosméticos ubicada en uno de los polígonos industriales de ese municipio, por la crisis. En enero pasado se le acabó el paro, y hoy vive con 496 euros mensuales del subsidio por desempleo. Mientras toma el sol, piensa qué hará en agosto, cuando se les acabe el subsidio a él y a sus padres, con los que vive y que también están desempleados. Una familia de la crisis. "He dejado más de 300 currículos en tiendas, centros comerciales, en los polígonos, pero nadie me llama. Me preocupa mi hermanita de ocho años. ¿Cómo le explicas a un niño que no va a comer porque eso es lo que hay? Nosotros no queremos que nos regalen el dinero. Lo que queremos es un trabajo. Nada más", afirma.
La oficina de desempleo atiende a unas 120 personas diarias
El Ayuntamiento no cuenta con un plan extraordinario de ayuda
La crisis en la industria del ladrillo ha aportado el 17,60% de parados
Pero la mayor parte de los afectados viene del sector servicios (60,29%)
Daniel vive día a día el drama de Arganda del Rey en esta crisis económica. A pesar de contar con una de las zonas industriales más importantes de España, con 15 polígonos, es el lugar donde más ha crecido el paro entre los ayuntamientos más grandes de la Comunidad de Madrid -con más de 50.000 habitantes-. Entre enero de 2008 y febrero de 2010, la tasa de parados se ha triplicado, de 2.141 a 5.354 registrados, una décima parte de la población total. "Para los municipios que crecieron rápidamente la caída en esta crisis ha sido espectacular. Esa es la gran diferencia de Arganda con los demás", asegura Jesús Quiroz, secretario general de la Unión Comarcal de Las Vegas de Comisiones Obreras, y afirma que "tiene que implementarse un plan de choque desde la Comunidad de Madrid para mejorar las condiciones de los parados, como en otras zonas, y eso no se ha hecho".
La Oficina de Empleo de la Comunidad, que atiende Arganda y otros 18 municipios cercanos, sintió más que cualquier otra oficina de gobierno el incremento de parados, un día sí y otro también. Ahí fue donde Daniel y los otros miles tuvieron que gestionar su registro antes de recibir el paro y el subsidio. Ahora, dice el director de la oficina, Jesús Zaragonzano, las cosas van mejor por un indicador que para él es evidente: la cola de personas que solicita turno para arreglar sus asuntos se mantiene fuera del local sólo en la primera hora de servicio, entre las 9.00 y las 10.00 de la mañana. "Antes no conseguíamos quitar la cola de la calle. Había días que llegaba hasta la plaza del Ayuntamiento [a casi 100 metros]. Muchos días no conseguíamos que la gente que esperaba afuera entrara a la oficina", recuerda. La oficina del Servicio Público de Empleo Estatal atiende en promedio a 120 personas diarias, tres veces más que antes de la crisis.
El Ayuntamiento ha dado pocas respuestas. Sonia Pico, concejal de Desarrollo Económico, Formación y Empleo, explica que no hay un plan del Ayuntamiento extraordinario para ayudar a los parados, sólo se han mantenido los cursos de formación y se ha llevado a cabo una reunión en diciembre pasado entre los integrantes del Consejo Local para el Desarrollo Económico (el Ayuntamiento, empresarios y sindicatos) y 11 entidades bancarias, para que los empresarios renegocien sus deudas. Sin embargo, dice, todavía no hay respuesta de los bancos, y espera tener una reunión en abril, aún sin fecha definida. "En la primera reunión no tenían propuestas, hablamos nosotros y ellos escucharon. Esperamos que ahora ellos nos hablen y nosotros escuchemos", explica. El presidente de la Asociación de Empresarios de Arganda del Rey (Asearco), Aniceto Guzmán, ve un avance con la reunión: "Reconocieron que había problemas de liquidez. Fue el primer contacto y esperamos que haya más avances después".
Sin embargo, los sindicatos han solicitado al municipio otras medidas, pues para ellos no hay disposición de los bancos para renegociar. Miguel Ángel Neila, secretario general de la Unión Comarcal Sureste de UGT, que cubre Arganda, enumera las peticiones: reducción de impuestos municipales y de las cuotas de transporte público. "Que nosotros sepamos no se ha hecho nada por los parados. Seguimos teniendo contacto con el Ayuntamiento, para hacer nuestras peticiones. Algo se tiene que hacer desde el municipio".
Es muy pronto para dar respuesta a la pregunta de por qué Arganda es el Ayuntamiento con mayor crecimiento de parados. Un informe de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras aventura una respuesta: la falta de contratos firmes y la poca capacitación de la mano de obra. Otras teorías pueden formularse caminando por la zona de los polígonos industriales. Creados en los ochenta para dar orden a la creciente actividad industrial que ya se había instalado desordenadamente, los polígonos llegaron a ser la principal fuente de empleo en la zona, casi 30.000 plazas. Sin embargo, las plazas en su mayoría no fueron acompañadas por contratos indefinidos de trabajo, sino contratos por obras y servicios, asegura Neila. "Lo que pasó es que muchos de los despidos no se contaban como despidos, sino como finalización de contrato. No podemos saber cómo de grave es el paro en realidad", asegura.
Hoy, según los lugareños, las calles de los polígonos que hasta hace cinco o seis años estaban llenas de bullicio, movimiento de coches y carga y descarga de materiales lucen prácticamente vacías en horas de entrada y salida de obreros. De los parados, el 16,98% pertenece al sector industrial. Las historias de recortes masivos entre las empresas del lugar llegan hasta el centro del pueblo, y cualquier observador despistado puede notar que muchas de las naves industriales están desocupadas, por los vidrios rotos y la falta de cuidado en las fachadas. En algunos locales lo único que se distingue son los grandes letreros de "Se vende" o "Se alquila". Según Asearco, la actividad industrial se ha reducido entre un 5 y un 10% por la crisis.
Sin embargo, la mayor parte de los parados viene del sector de servicios (60,29%): comercio, transportes, hostelería, restaurantes, muchos de los cuales giraban alrededor de los polígonos. "¡Qué te voy a decir de la crisis! Mira cómo la estamos pasando. Antes servíamos alrededor de 120 comidas por día, hoy no he llegado a 35", cuenta Ángel, de 27 años, quien atiende la barra de La Casa de la Pradera, un restaurante bar en el camino del Puente Viejo, una calle que atraviesa tres polígonos. Son las seis de la tarde, hora de salida de obreros, y las 15 mesas del local lucen inmaculadamente puestas, con los manteles amarillos y blancos prácticamente sin tocar. De las paredes del local fundado por el padre de Ángel en 1975, cuelgan fotografías en las que quedan reflejados mejores tiempos para los polígonos. Una hora después, nadie había entrado al local. "Hace seis o siete años a esta hora no se cogía lugar", recuerda un comensal en la barra.
También la crisis en la industria del ladrillo ha hecho su parte, aportando el 17,60% de los parados del municipio. Dani Gregoras, rumano de nacimiento, llegó a Arganda en 2003 e inmediatamente comenzó a trabajar en la construcción. Según datos de CC OO, la mayor parte del desempleo de inmigrantes en el municipio está en la construcción: son el 63,5% del desempleo del sector. Antes, para trabajar en una obra, sólo era necesario hablar por teléfono con el encargado y enviar la documentación correspondiente. Le pagaban por hora o por metro. A veces ni les veía la cara a sus contratantes. Hoy es mucho más complicado: "Necesitas tener a un conocido en la obra para que convenza al encargado. Antes trabajábamos en una obra 30 o 40 personas; ahora hay obras grandes de cuatro o cinco personas", cuenta desde otro banco del parque de los Patos, donde sale a tomar el sol porque no le alcanza para más. Ya recibe el subsidio por el desempleo, y está investigando cómo recibir la ayuda extraordinaria que ofrece el Gobierno central. Cerca de él, una decena de jubilados juegan a la petanca para pasar el tiempo. Muchos de los hijos de los jugadores también son parados que tienen la fortuna de tener unos padres que viven de los frutos de una boyante economía española que nadie sabe si regresará.
Sea por la falta de actividad en los polígonos, por la industria del ladrillo o por otra cosa, lo cierto es que muchos de los habitantes de Arganda se parecen cada vez más a los personajes de Los lunes al sol, la película de 2002 de Fernando León de Aranoa donde unos barbudos Javier Bardem y Luis Tosar pasaban sus días de parados al aire libre porque es gratis y porque la industrialización los dejó de lado. Los personajes están en el parque de los Patos.
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