Prueba
En el momento en el que lloverán chuzos de punta sobre el PP a cuenta del levantamiento del secreto del resto del sumario del caso Gürtel, en Andalucía Javier Arenas se apresta a articular un nuevo asalto al Gobierno de Griñán, tras su última remodelación. Otra vez en las mismas. En la sesión de control de esta semana el líder popular tendrá oportunidad de ponerlo a prueba y de enseñar por dónde va a ir la estrategia a seguir ante los cambios introducidos en el Ejecutivo. Aunque ya ha avanzado que, por la configuración que ofrece, no va a abandonar el flanco de la bicefalia. A su juicio, la presencia de Mar Moreno como consejera de la Presidencia, sencillamente, supone que el propio Griñán se ha puesto fecha de caducidad al situar en primera fila a la que podría ser su sucesora, de ahí que, quién sabe si, en esta ocasión, Arenas ejecutará el mismo ardid dialéctico de cuando se estrenó su contrincante. Entonces se dirigió a él en la Cámara llamándole señor Chaves, una confusión intencionada, llegó a decir, con la que trataba de ningunearle y visualizar así que no era el verdadero líder del Gobierno andaluz.
Pero, tampoco, debe escapársele a los finos estrategas del Partido Popular que en el banco contrario también se las traen y saben a la perfección de la suficiente capacidad del propio Griñán para salir de este tipo de atolladeros, en una discusión "cuerpo a cuerpo" de la que, hasta ahora, ha salido, prácticamente, indemne.
Pero no nos engañemos, para aprieto el que se encontrarán en estos días los mismos populares. Se desconoce si de la trama corrupta que se investiga existe alguna ramificación andaluza, aunque han sido varias las denuncias sobre las sospechosas contrataciones realizadas en su día por determinados alcaldes a las empresas involucradas en el escándalo.
Hay quien dice que eso es mérito del mismo Arenas, quien puso tierra de por medio con respecto a Correa. Todo está por ver, pero lo cierto es que la actual dirección nacional de su partido, de la que él forma parte, ha quedado seriamente tocada por la gestión de la crisis surgida a raíz de conocerse la existencia de dicha trama ubicada a la sombra del partido y de algunas de las instituciones que gobiernan.
En todo caso, queda claro que Arenas no vuelve la cara y es de destacar cómo ha reconocido públicamente la amistad que le une al ex tesorero del partido, Luis Bárcenas, uno de los principales inculpados. Que conste.
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