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Reportaje:

La vanidad del falso espía

Condenado a 22 meses de cárcel el escolta del 'tamayazo' por hacerse pasar por agente de los servicios secretos

José Antonio Expósito, escolta de los tránsfugas en el tamayazo, trabajador del Grupo Intereconomía y defensor acérrimo de Carlos Fabra en 2008 ante las preguntas de una reportera de La Sexta, fue condenado ayer por la Audiencia de Madrid a 22 meses de prisión por hacerse pasar por agente del CNI. El tribunal asegura en una sentencia hecha pública ayer que Expósito consiguió que dos policías -que han resultado absueltos- le facilitaran información reservada entre 2003 y 2004. La sala le condena por delitos de descubrimiento y revelación de secretos, falsificación de documento oficial y usurpación de funciones públicas, aunque le aplica una atenuante por trastorno psíquico.

Según la sentencia, Expósito "se descargó de internet imágenes del escudo del CNI, del escudo nacional y del Ministerio de Defensa" y las utilizó para crear documentos similares a los carnés de los servicios secretos, que fabricó para sí mismo y para al menos otras tres personas.

El tribunal le aplica una atenuante por trastorno de personalidad

Bajo la premisa de "prestar servicios a España", el falso espía tejió una complicada red de misterio y se bautizó a sí mismo como Tango 00. Con ese apodo convenció a los agentes de su pertenencia a los servicios secretos y logró que le facilitaran información sobre personas de nacionalidad extranjera y sobre vehículos. Todos los agentes con los que se topaba Expósito fueron tentados con la posibilidad de ocupar cargos de espionaje. Pero, ¿quién era en realidad Tango 00?

Al acusado se le conoce sobre todo por escoltar hasta un hotel al ex diputado del PSOE Eduardo Tamayo quien, junto a María Teresa Sáez, impidió que Rafael Simancas se alzara como presidente de la Comunidad de Madrid en 2003. La ausencia de ambos diputados llevó a la posterior victoria de Esperanza Aguirre.

La trayectoria de Expósito, aunque vinculada casi siempre al mundo de la seguridad, ha distado mucho de ser discreta. Sin ir más lejos, a comienzos del juicio intentó que EL PAÍS no le tomara fotografías ocultándose tras un sombrero y una revista del Grupo Intereconomía, para el que trabaja en tareas de seguridad.

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Tal y como señalaron las diligencias previas de la fiscal, Expósito formó parte del Banco Santander durante 10 años; primero como miembro del equipo de seguridad, y después, "ante los riesgos y la presión de un trabajo tan estresante", como conductor de un consejero delegado. Fue a partir de ese momento cuando el acusado dejó volar su fantasía y empezó a contar a sus allegados que colaboraba con el CNI. Incluso empezó a utilizar una Walther, la pistola de James Bond.

Los abogados de Expósito afirmaron que las invenciones fueron una reacción lógica a la "degradación profesional" a la que se vio sometido su cliente tras asumir su nuevo papel de chófer. Expósito declaró en el juicio que no pudo soportar el trauma que le causó que los directivos del banco le utilizaran como "recadero" y que por eso lo organizó todo para sentirse "importante".

Sus supuestas misiones nunca han sido comprobadas, no así sus vinculaciones con el mundo de la banca. En 2006, a raíz de un sumario que se le abrió por los mismos delitos por los que se le ha condenado ahora, la Guardia Civil comprobó que su sueldo como empleado de seguridad del Santander ascendía a 4.500 euros mensuales.

Los testimonios de los policías que le trataron dibujan a un maestro de la simulación. "Ponía la luz rotativa de color azul encima del coche

[la sirena conocida en el gremio policial como pirulo], aparcaba su Audi A-8 en comisaría y nadie ponía en duda que se trataba de un espía", subrayó un agente durante el juicio.

Tras el tamayazo, la vida de Expósito es un túnel de oscuridad. Se habla de cómo se enriqueció, pero poco está confirmado. Su montaje empezó a truncarse el 21 de diciembre de 2004, cuando uno de los policías que trabajaba para él intentó cruzar una zona de seguridad de Barajas y la Guardia Civil lo detuvo. El carné del CNI que portaba era falso.

El asesor de seguridad perdió su empleo y se refugió en Intereconomía TV, donde volvió a hacer de chico para todo. En 2008, bajo el amparo de este grupo mediático, boicoteó a una reportera de Caiga Quien Caiga cuando ésta intentaba entrevistar al presidente de la diputación de Castellón, Carlos Fabra. En YouTube pueden verse los vídeos con un Expósito afeitado y de pelo corto. Ahora lleva barba y una ligera melena. La dirección de Intereconomía negó en esa época que formara parte de su plantilla.

José Antonio Expósito oculta su cara a la salida de la Audiencia Provincial de Madrid.
José Antonio Expósito oculta su cara a la salida de la Audiencia Provincial de Madrid.CARLOS ROSILLO

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