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Entrevista:SERGIO LLULL | Base o escolta del Real Madrid | Cuartos de final de la Euroliga

Sergio Llull: "Mi padre me regaña si juego enfadado"

Entrevista al jugador del Real Madrid

Un apellido recorre Vistalegre convertido en gutural grito de guerra. Sergio Llull (Menorca, 1987), su propietario, se ha ganado esa distinción protagonizando canastas decisivas. Muchas cosas han cambiado desde que llegó al Madrid, hace tres años, como un desconocido que firmaba grises estadísticas con el Manresa en la LEB -"más por culpa mía que por falta de oportunidades", aclara-. Empezó conduciendo el coche de la novia de Raúl López y siendo una pieza residual en las rotaciones. Ahora, ya campeón de Europa con España, conduce un todoterreno y pone vértigo al Madrid. Lleva el número 23; le quieren en la NBA y él, no es casualidad, homenajea desde el dorsal a Michael Jordan.

Pregunta. ¿De dónde viene el apodo Hazañas Llull?

Respuesta. Creo que de los finales, pero también de los partidos. No me gusta perder a nada. Con mi hermano pequeño he tenido miles de peleas por culpa de no saber perder, por decirlo de alguna manera. Eso me empuja a jugar con mucha garra, con mucho corazón... A nunca dar un partido por perdido.

P. Marco Jaric, su compañero serbio, dice que quiere un equipo de jugadores sucios.

R. No creo que haya que pegarse, pero sí hay que ser astuto. En la Euroliga, sobre todo, hay que ser muy duros, muy agresivos en la defensa. Si se tiene que hacer una falta para parar un contraataque o para que no metan una canasta fácil, se hace.

P. En Europa, ¿permiten los árbitros más contacto?

R. Tal vez, un poco más.

P. Su padre fue jugador. ¿Le regaña por algo?

R. El consejo que siempre me ha dado es que siga trabajando, siendo humilde y esforzándome para ser mejor cada día. Que nunca baje los brazos. La regañina... Me regaña cuando me enfado con los árbitros, cuando juego enfadado por malas decisiones mías, por perder un par de balones... Cuando juego enfadado, me regaña.

P. Encestó usted un triple decisivo y en el último instante contra el Siena. ¿Qué le dijo Pablo Prigioni nada más lograrlo?

R. Me dijo: "¡Grande, grande, muñeco!". Es que me llama muñeco porque estoy todo el día p'arriba y p'abajo. Me abrazó enseguida, me tiró al suelo y me lo dijo: "¡Qué grande, muñeco!".

P. El argentino es un maestro del control. A usted se le conoce por la velocidad.

R. Yo hago de esponja. He aprendido de todo con él. Cada día me voy a casa con algo nuevo. Es un gran director de juego, un maestro. He aprendido de él a controlar más el ritmo del partido, a no ir siempre con un ritmo alto y a leer mejor el juego. Eso lo estoy aprendiendo bastante bien. A mí me gusta el juego más dinámico, más alegre, el correr... Pero he demostrado que si hay que hacerlo de otra manera sé hacerlo. Le estoy agradecido.

P. "Nadie en Europa piensa que vamos a ganar", dijo Ettore Messina, su técnico, antes de la eliminatoria con el Barça. A ustedes no les diría eso.

R. Sí que nos lo dijo. Es lo que decía todo el mundo. Ahora parece que está la cosa más igualada, pero el Barça sigue siendo el favorito. Hemos decantado el factor pista a nuestro favor, pero ellos han perdido muy pocos partidos. Siguen siendo un grandísimo rival. Sigue siendo el favorito.

P. ¿Cuántos equipos ha visto que jueguen tan por encima del aro como el Barça?

R. Hombre..., no he visto ninguno. Soy muy joven todavía. Pero, teniendo a Ndong y Fran Vázquez ahí debajo, además de a un jugador tan atlético como Morris, a Lorbek, que tiene mucha clase... ¡La verdad es que es complicado marcarles!

P. Imagine este escenario: tras el destrozo que les hizo en el segundo partido, el Barça se lanza contra Ante Tomic en el ataque para sacarle por faltas.

R. Mire, hemos demostrado que somos un equipo completo. No dependemos de un solo jugador. Si un día falta uno, aparece otro para meter sus puntos. Tenemos equipo suficiente para que, si él se carga de faltas, se le supla.

P. ¿Al Barça se le puede ganar corriendo?

R. No lo sé, no lo sé... Les gusta mucho un ritmo alto de partido, correr, jugar el pick and roll [bloqueo y continuación] y hacen muchos alley hoops [pases altos acabados con mate]. Se defienden muy fuerte. A nosotros nos va mejor un ritmo lento, más pausado. Es un trabajo de equipo. En el uno contra uno, contra Ricky Rubio, estás un poco solo. Hace falta que el equipo esté en posición de ayuda, atento al pick and roll, que el pívot salga a ayudarte. Parar a Ricky no es un trabajo sólo de los bases. Sabemos que tenemos que controlar el rebote y defendernos muy fuerte.

P. Para eso hacen falta muchas piernas: su sello.

R. Estoy contento con ellas... ¡Espero poder seguir utilizándolas!

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