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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Ha nacido Alba Sincrotrón

Se llama Alba y acaba de nacer en Cerdanyola del Vallès tras más de una década de gestación. Es grande, lustrosa, y tiene un gran futuro. Se trata de una máquina, de la especie de los llamados sincrotrones y concretamente de su tercera generación, la más moderna y avanzada. Los sincrotrones son complicados instrumentos científicos de forma circular que aceleran electrones hasta que alcanzan velocidades próximas a la de la luz, nada menos que el 99,999999% de los queridos 300.000 kilómetros por segundo.

Pero los electrones no son el producto final del sincrotrón, sólo un precursor del verdadero producto: rayos X muy energéticos, una luz que supera de lejos en energía y poder de penetración a la luz visible. Nuestros ojos no son sensibles a esta luz, sino sólo a una estrecha porción del espectro de radiación electromagnética: la luz en sentido amplio; la que predomina en la radiación que baña la Tierra procedente del Sol. Las especies animales, incluida la humana, han evolucionado sobre nuestro planeta adaptándose al tipo de radiación dominante y mejorando así sus capacidades de supervivencia.

La utilidad de los rayos X procedentes de Alba no está en ver el interior de los cuerpos humanos, como los de los hospitales, sino en explorar el interior de cuerpos mucho más pequeños, proteínas, moléculas, superficies atómicas de los materiales y otros objetos cuya estructura y propiedades pueden desvelarse con ayuda de los fotones que brotan de Alba a través de

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siete líneas de experimentación dedicadas a distintas disciplinas. La gigantesca máquina de nombre tan delicado, en la que se afanan 150 científicos y técnicos, está ya lista para que otros muchos cientos, venidos de todas las partes del mundo, coloquen sus muestras y las analicen en cada una de las siete líneas y en otras que se irán añadiendo en el futuro.

Todo nacimiento es una alegría. También el de una instalación que servirá para elevar el nivel científico de nuestro país, atraer la atención y la curiosidad de los jóvenes y, si hay suerte y a través de mecanismos ya ensayados en otros países, mejorar nuestra competitividad.

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