Vuelve el Villarreal
El Sevilla sigue en caída libre y sufre una goleada en un partido muy completo del conjunto castellonense
Motivado, brillante y efectivo como pocas veces se ha visto en lo que va de temporada, el Villarreal derrotó ayer a un apocado Sevilla, empequeñecido y acomplejado ante tanta superioridad mostrada por el conjunto castellonense, que, en un inicio de vértigo con Nilmar y Rossi en plan estelar, arrodilló a un rival que está viviendo momentos de confusión. En un mes de marzo para olvidar, el Sevilla, en principio autoproclamado aspirante al título de Liga por su presidente, José María del Nido, puede perder el tren de la próxima edición de la Liga de Campeones y quién sabe si de cualquier competición europea. Tendrá que despertar pronto del mal sueño que ha llevado a Manolo Jiménez al paro y a Antonio Álvarez a un banquillo venido a menos.
VILLARREAL 3 - SEVILLA 0
Villarreal: Diego López; Ángel, Gonzalo, Musacchio, Capdevila; Cani (Pirès, m. 77), Bruno, Ibagaza (Fuster, m. 82); Rossi (Cazorla, m. 90); Nilmar y Llorente. No utilizados: Oliva; Venta, Marcano y Catalá.
Sevilla: Palop; Stankevicius, Escudé, Dragutinovic, F. Navarro; Adriano, Romaric (Lolo, m. 67), Renato, Capel (José Carlos, m. 80); Luis Fabiano y Negredo (Kanouté, m. 46). No utilizados: Javi Varas; Marc Valiente, Lolo, Juan Cala y Luis Alberto.
Goles: 1-0. M. 5. Rossi, a pase de Nilmar. 2-0. M. 17. Llorente, a centro de Nilmar. 3-0. M. 90. Pirès, solo ante Palop.
Árbitro: Turienzo Álvarez. Amonestó a Romaric, Llorente, Adriano, Fernando Navarro y Bruno.
Unos 21.000 espectadores en El Madrigal.
Recordó el Villarreal al de los mejores tiempos, recuperado el fútbol de toque y las mil combinaciones, como nunca solidario en el esfuerzo, con la justa agresividad y atención para detener los escasos avances del Sevilla, el más insustancial que se recuerda en mucho tiempo. Aturdido quedó el conjunto andaluz con la convicción y decisión con la que arrancó el Villarreal. Algo inédito en un equipo acostumbrado a madurar los encuentros y a que los rivales sucumban de aburrimiento. A la celeridad mental le añadieron ayer los jugadores amarillos la velocidad de ejecución. Robaba el esférico el Villarreal y los delanteros generaban los espacios necesarios para crear situaciones propicias en el ataque. Parecía que los actores se hubiesen intercambiado el vestuario. Cada cual parecía el contrario. Apático el Sevilla, dinámico un Villarreal enchufadísimo que vuelve a mirar a Europa.
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